Plaga de escarabajos de metal invadió la plaza Sotomayor
La 12° Valpo Wagen tiñó de colores el plan porteño congregando a cientos de fanáticos de la "VW".
Ordenados en fila, como un colorido juego de dominó, relucientes y puestos a punto; los tradicionales vehículos Volkswagen de colección se congregaron en la plaza Sotomayor para deleitar a los fanáticos de estos entrañables bólidos.
El contexto era la duodécima versión de la "Valpo Wagen" que una vez más reunió a los mejores ejemplares de la marca de la V y la W, para el delirio de sus seguidores.
Música en vivo, accesorios decorativos para los vehículos, combis adaptadas como foodtrucks y una rifa temática, fueron parte de las actividades enmarcadas. La cita partió a eso de las 13.00 horas hasta pasadas las 17.30 del día de ayer, coronando la jornada con una caravana de escarabajos y combis que se dirigieron en fila hasta el faro Punta Ángeles, en Playa Ancha.
Andrés Olave, presidente del club "Entre Amigos", la entidad que organizó el encuentro, cuenta que "cada año crece mucho más, ahora vamos juntando autos que vienen desde Santiago, desde La Calera, de aquí mismo de la región, y de distintas partes del país".
Asimismo, Andrés explica que el evento congrega a diversos autos históricos de la marca alemana.
"Este es un evento que se trata de Volkswagen enfriados por aire, no solamente combis y escarabajos que son los más conocidos, también están los karmann ghia o las combis T1", menciona el organizador del evento, agregando que el gusto de los seguidores "está repartido, de hecho hay gente que tiene escarabajos, combis y de toda la línea. Yo mismo tengo un escarabajo, un Volkswagen Brasilia, y otro que lo tengo convertido en un Baja Bug, que son esos de las ruedas grandes".
Autos fieles
Entre los fanáticos que asistieron con sus vehículos, destaca la historia de don Hernán Orostegui. Él vino desde Santiago junto a su hijo y nieto a bordo de su joyita: un escarabajo del año 78', color burdeo.
Cuenta que en aquellos años lo compró para que su hijo asistiera a la universidad.
"Lo usó durante todo ese tiempo hasta que empezó a trabajar y ahí lo dejó botado por unos tres años. Un día lo llevé a un taller, lo empelotaron, lo rasparon, lo pintaron, de todo. Ahora está bastante bien", cuenta don Hernán destacando la calidad de estos entrañables vehículos.
"Mecánicamente, estos autos son perfectos. Hemos hecho viajes a Talcahuano ida y vuelta sin ningún problema", se jacta.
Para mantener el legado de la pasión por su vehículo, Hernán cuenta que ya tiene prometido a su nieto de 13 años que cuando cumpla los 18, el auto pasará a sus manos. Será un escarabajo de tercera generación.
Mientras escucha a su abuelo, Vicente para la oreja sobándose las manos para cuando pueda manejar la joyita.
120 Vehículos, participaron en el encuentro realizado ayer en Valparaíso.