Del bolsillo y los Ideales
Hace cien años Vicente Huidobro decía que para salvar nuestra patria se tenían que ir los viejos "sin más ideales que el vientre y el bolsillo", siendo estos reemplazados por los jovenes llenos de ideales y esperanzas, los mismos que habían hecho de este un gran país en otro tiempo.
¡Cuanta razón tenía (y sigue teniendo) el vanguardista! La verdadera política, la que logra cambiar el mundo es esa hecha por los de espíritu joven, por los que están convencidos de querer trabajar por las personas y al servicio de un ideal que trasciende de ellos mismos. Esto es contrario al tecnocrata, el que ve la administración simplemente como una ciencia de la que sacar provecho. Estos pueden ser muy eficiente, pero ojo, nunca lograran mover el mundo, ya que el mero cálculo político o la conveniencia será suficiente para que olviden que los ideales que decían representar. Quitemosle la política al mero pragmatismo, y devolvamosla a los idealistas, a aquellos que ven en esta una forma de servicio, y así volvamos a creer en el humanismo intrínseco del arte político.
Pablo Errázuriz L.