La mezcla entre deporte y creencia se tomó la 68
Más de 20 mil ciclistas acudieron al Santuario aprovechando la ruta cortada para los vehículos, pero el reto no es para cualquiera.
Literalmente con la pista despejada. Ya es una tradición para estas fechas que verdaderas caravanas de ciclistas se tomen la ruta 68, especialmente adaptada para esta celebración, y emprendan rumbo hacia el santuario en sus "cletas". La fe en dos ruedas.
La mayoría iba en variantes pisteras o en "mountain bikes", con los equipos de seguridad mínimos: chalecos reflectantes, mucha agua y entusiasmo rebosante. No todos los días se tiene el privilegio de contar con la carretera libre para practicar el ciclismo. Otro de los milagros de la virgen.
Desde Conchalí llegó Claudio González. Salió a las 07.20 y llegó a la "meta" a las 10:40. "Había que ponerle, son 19 años seguidos que vengo en bicicleta", dice Claudio y comenta que el funcionamiento vial en la ruta fue impecable.
"Creo que funcionó mejor que otras veces, estaba expedito, con poco vehículo, muy bueno el funcionamiento", comenta el fiel, pero advierte que lo principal siempre va a ser la devoción a la virgen.
"Da como para andar, pero más que nada uno viene por la peregrinación. Cuando vine la primera vez dije que esto iba a ser amor eterno. Sentarme acá, ahora que voy a ser padre en un mes más, sigue la fe. Cuando nazca mi hijo se lo voy a traer para acá", dice el hombre de 42 años.
Los primerizos
Desde la vereda de la juventud, Pablo Ureta se puso de acuerdo con cuatro amigos para conocer la experiencia, pues habían escuchado testimonios de otros ciclistas que tomaron el "Tour de Lo Vásquez".
El debut fue positivo. Los veinteañeros salieron de Las Condes a las 05.00 de la madrugada y llegaron pasadas las 11.00.
"La ruta es bien buena, eso sí yo creo que de vuelta va a ser más dura porque va a ser más subida", comenta Pablo.
"Nos fuimos sumando de a poco, la idea partió como salir en bicicleta no más, pero las dos cosas nos importan, la religión y el deporte. Es un desafío personal. El tema de la carretera funcionó perfecto, de repente pasaban camiones y buses rápido, pero se corrían para el lado, había respeto por los ciclistas", comenta Pablo mientras buscan un lugar para alimentarse y reponer energías para la vuelta.