62% de personas son más felices al dar un regalo que al recibirlo
Estudio arrojó otros datos: compartir una foto con el obsequio en redes sociales es más popular entre los jóvenes. Comentan un religioso y un sicólogo en Valpo.
Días antes de Navidad. Anuncios publicitarios. Marchantes con bolsas al trayecto. Mensaje subliminal que irrumpe: detente, observa, obedece, compra.
John Carpenter, cineasta, supo proyectar a la pantalla una parábola del capitalismo salvaje: "¡Están vivos!", se llamó su película. Una donde "su" voraz raza extraterrestre consume los recursos de cuanto planeta salga al camino. Hasta el agotamiento.
Entre aquel bombardeo en modo abrir billeteras y carteras, preste atención a esta buena nueva. De esas, estimado lector, que tal vez lo hagan replantearse más de una pregunta.
Como por ejemplo: ¿sabía que el 62% de los chilenos y habitantes de la V Región son más felices dando un regalo que recibiéndolo? ¿O que un 22% en Chile planea realizar trabajos voluntarios esta Navidad?
A esos datos -y más- llegó un interesante estudio llamado "Prácticas navideñas de los chilenos", elaborado por Samsung Electronics Chile y Fieldwork Consultores. La idea: saber cómo viven los chilenos esta festividad. Su fondo: que los chilenos han entendido que el verdadero sentido de la Navidad está en dar al prójimo.
En ese sentido, las cifras obsequian esperanza: un 62% de los encuestados se siente más contento haciendo un regalo versus el 38% que prefiere recibir uno. Y así lo entiende Teresa Larco, de la subida Washington, quien desde hace dos años, sólo la hace feliz una cosa en estas fechas: buscar cartas en el Correo, para regalar a los niños que más necesitan de cariños.
En su caso, cuenta que no le interesa qué le regalen, sino que adora hacer un obsequio, "aunque sea pequeñito". Siente dicha: "Así duermo bien", avala.
De acuerdo al estudio, al mismo tiempo, para muchos -como doña Teresa- la Navidad no está sólo en dar cosas materiales a nuestros cercanos, sino que ven las acciones de voluntariado como una forma natural de vivir esta festividad, para así entregar momentos significativos a otras personas. Como muestra, un botón: el 22% de las personas respondió que está en sus planes realizar trabajos voluntarios para esta Navidad.
Fe, consumo y redes
Para el sacerdote Pedro Nahuelcura, de la Parroquia Corazón de María, en estas festividades hay que "dar hasta que duela", como decía el Padre Alberto Hurtado. Según Nahuelcura, ese es el sentido de la Navidad, aparte del regalo del Niño Dios que se da por nosotros. Más allá del encalillamiento en multitiendas. "Lo veo en nuestra Parroquia con tanto migrante, adultos mayores, familias carenciadas y los ejércitos de voluntarios", reflexiona.
Gonzalo Lira, director de la escuela de Sicología de la Universidad de Valparaíso, es enfático en aclarar que no se sabe cuál es el mecanismo exacto que participa para la obtención de dicho efecto. Al hurgar en teoría, algunos autores contemplan factores de orden neurosicológico; otros de orden social, pero es un resultado consistente en el tiempo, sentencia.
"Estudios del 2010 al 2012 han reiterado tanto en adultos como en niños la respuesta y reacción frente al escenario de recibir un regalo y entregarlo. En ambos casos, resulta sorprendente la respuesta de generar un regalo: evidencia mayores niveles de satisfacción que el de recibirlos. Pero no tenemos explicación específica", dice.
Redes sociales
De vuelta al estudio. A esta forma de agradecer, se suman las redes sociales. Compartir una foto en Instagram o Facebook al goce de un regalo está siendo la manera más popular en el rango de los jóvenes, con un 33% de las preferencias entre los encuestados.
Gonzalo Lira dice: "Todo este ambiente navideño se moviliza a través de la redes sociales. No están ajenas a los modos de comunicación social". Pedro Nahuelcura agrega: "Las redes sociales toman el pulso de lo que ocurre en sociedad".
Evelin Varas, de cerro Polanco, es comerciante en la feria navideña de la plaza Victoria. Aquí tiene su puesto. Lo que más vende son cintillos de gatitos, cosméticos para las lolas y llaveros en forma de pony.
"Me gusta más regalar que me regalen. Dar un pequeño recuerdo, que se acuerden de uno", afirma.
Al frente de la eventual compra, una pareja de pololos. Nicolás Gallardo es tajante: no le gusta que le regalen, "ni tampoco regalar". Ayleen Cortés, su polola, opta por regalar: le da mayor satisfacción, "sobre todo a los niños". Lira, sicólogo, ahonda: "Muchos incorporan en el cuestionamiento que las fiestas navideñas sólo pueden expresarse en regalar algo. Pero se busca rescatar temas como presencia, acompañamiento, lo pro social, una entrega a alguien que no tenga los medios ni condiciones, más que el consumo mismo".
Luces, adornos y árboles brillantes. En el estudio: ¿quién es la persona a la que más les gustaría dar un regalo? Un 42% contestó que a sus hijos. Un extra. Las parejas y madres son las preferidas por los más jóvenes para dar un regalo, con un 30% de las elecciones.