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En Viña del Mar apareció trabajador que se dio por desaparecido en la Araucanía

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Detectives de la Brigada de Homicidios de Valparaíso pusieron fin a la misteriosa desaparición de Eneximandro Segundo Césped Fuentealba, de 51 años, a quien se le perdió el rastro el lunes 4 de diciembre en la localidad de Pidima, ubicada en la comuna de Ercilla en la Región de la Araucanía.

Las alarmas se encendieron cuando encontraron abandonada en medio de un bosque la camioneta de la empresa Movistar en la que trabaja, gracias a la señal de GPS incorporado al vehículo. Sin embargo, hasta ayer se deconocía el paradero del trabajador, por lo que su cónyuge interpuso una denuncia por presunta desgracia.

Pero finalmente, el enigma de la desaparición del trabajador fue resuelto la tarde de ayer en la ciudad Jardín, según lo explicó el jefe (s) de la BH Valparaíso, comisario Claudio Alarcón. "Esto es parte de las coordinaciones que tenemos nosotros como institución, y comenzó investigativamente a través de la Brigada de Investigación Criminal de Angol, cuyos funcionarios agotaron todas las instancias relacionadas con este hecho que se estaba investigando, lo que generó que días posteriores se envía una orden de investigar a la Brigada de Homicidios de Temuco".

Y agregó: "Se tenían antecedentes de que esta persona tenía familiares acá en Viña del Mar. Y hoy (ayer) en horas de la mañana se hace presente el gerente general de Movistar, acompañado del gerente de recursos, y la persona desaparecida en dependencias de ésta brigada".

El desaparecido no supo explicar bien lo que le había pasado, ni las razones que lo motivaron a viajar de imprevisto a la Región de Valparaíso. Y ahora todo es materia de investigación de la Fiscalía de Collipulli.

Mueblista revive la magia de la Navidad con sus juguetes de madera

Hermosos carritos de bomberos, camiones, cunas de muñeca, repisas y percheros se venden como pan caliente en su taller de cerro Mesilla.
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Nicole Valverde S.

"Ahora los niños para la Navidad piden celulares de 80 lucas, y más caros, tablets y puras cosas electrónicas. Pero aún hay papás a la antigua, que prefieren hacer regalos nobles, bonitos, con un mayor significado", opina Miguel Ángel Barrios, mueblista del cerro Mesilla, quien los días previos a la Navidad trabaja a full para terminar sus juguetes de madera.

Heredó el noble oficio de su padre cuando solo tenía 12 años. Pero decidió dejar de fabricar muebles porque hoy en día hay mucha competencia, y los materiales son muy caros, asegura.

"Me sale caro hacer un mueble. Y ahora la gente los compra en las tiendas en cómodas cuotas. Y aunque no son de calidad, después los votan y se compran otro. Así que ahora me decido a la reparación de sillas. Pero en octubre no recibo más sillas, y me dedico a hacer los juguetes de madera para Navidad", relata.

El geppetto de mesilla

Coloridos percheros en forma de lápiz para que los pequeños cuelguen sus prendas, cunitas mecedoras para las muñecas, camiones de carga, y espectaculares carros de bomberos, son los productos estrella de su mueblería. Y todos los juguetes se venden a un precio muy conveniente para los alicaídos bolsillos de fin de año.

"Aquí la gente tiene la garantía de que el trabajo está bien terminadito. Y la novedad que tengo este año son las repisas de Batman, para las piezas de los pequeños superhéroes", señala Miguel Ángel, mientras extrae sus creaciones de madera de distintos rincones de su taller, orgullosos como Geppetto al ver terminada su obras más perfecta: Pinocho, la marioneta de madera.

De pronto aparece la nieta de Miguel Ángel junto a sus amigas. La niña observa sonriente a su tata. Le preguntamos si le gustan los juguetes que hace su abuelo. Y nos responde que sí, y que el regalo que más le gustó fue una cunita para sus muñecas que él le hizo con sus propias manos cuando era más pequeña.

Y es que hay regalos navideños que nunca se olvidan. Esos no son desechables, y jamás podrías encontrar en una tienda de retail, pero que sobre todo tienen un gran valor sentimental.

El valor del detalle

"Yo tengo juguetes de madera todo el año. Si compran bien, si no no importa. Lo bueno es que este año como nunca he tenido muchos encargos. Los papás me cuentan que los niños quedan fascinados. Algunos incluso se suben arriba de sus camiones, y son tan buenos que aguantan harto peso", asegura el mueblista.

Personalmente, el juguete que despertó a la niña que esta reportera lleva dentro, fue el carro de bomberos. Tiene todos los detalles, incluido el conductor y sus valientes voluntarios de madera, listos para combatir el fuego imaginario.

Así que ya sabe, si usted quiere revivir la magia de la Navidad con un regalo especial, puede ubicar a Miguel Ángel en su taller de Paulino Alfonso 352, cerro Mesilla.