Isabella Gálvez Olivo - La Estrella de Valparaíso
Sigue el maltrato animal en la región y no sólo los perros callejeros son los afectados. Esta vez, una joven lechuza fue la víctima en Placilla.
Un vecino de la zona la encontró mal herida y débil en la reja de la entrada de su casa, el viernes pasado. Inmediatamente llamó al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para que se encargaran del pequeño animal, sin embargo, desde el organismo nunca llegaron.
Al final, se comunicaron con el Hospital Veterinario de Curauma en Placilla Oriente y la trasladaron a su consultorio para su recuperación.
Jonás Gómez, veterinario del recinto, fue el encargado de tratar a la lechuza que llegó en una caja a su consulta. "Tenía una fractura en el ala y procedimos, primero, a colocarle antibiótico, la hidratamos porque estaba muy estresada. La alimentamos con carne cruda y corregimos la herida mediante una pequeña olaquita metálica que, al recuperarse, la ayudará a volver a volar sin problema", comentó el veterinario. Los médicos del recinto presumen que un rifle a postón, usado por niños o jóvenes de la zona para recreación, fue lo que lastimó al ave. Sospechan de esta práctica porque en esta época es muy común el uso recreativo de esta arma.
La pequeña lechuza está recuperándose rápida y exitosamente. Sus cuidadores planean liberarla esta semana en una zona cercana en donde la encontraron y de noche, pues se trata de un animal nocturno.
La fauna olvidada
Gómez hace un llamado a la tolerancia con la fauna que rodea los condominios residenciales de Curauma. Pide encarecidamente que las personas con armas de este tipo practiquen con objetos inanimados y no con animales silvestres. Explica que las criaturas salvajes, como zorros, serpientes y coipos, que viven en las zonas verdes de Curauma y Placilla están siendo desplazados de su hábitat natural por inmobiliarias y constructoras que se aprovechan de los espacios naturales. "Se acercan mucho a la civilización, por la pérdida de su ecosistema, y se vuelven vulnerables", señaló Gómez.