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"Wanderers es el único equipo que se identifica con su pueblo"

Luis Roberto Vera, exdirigente del Decano, criticó la labor de la sociedad anónima y destacó que los valores porteños son la clave del divorcio de la regencia con la hinchada caturra.
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Nicolás Arancibia Bórquez

El cine lo ha llevado por diferentes rincones del mundo, pero Luis Roberto Vera no olvida Valparaíso ni tampoco a su amado Santiago Wanderers. El cineasta, reconocido en el mundo artístico por piezas como "Bastardos en el paraíso", "Fiestapatria" o "Viola chilensis", también fue dirigente de los caturros en el periodo que él mismo llama de transición durante "la dinastía de los Sánchez y la concesionaria actual".

"Luis R. Vera", como es conocido por sus obras, fue dirigente caturro en la época de Carlos Bombal y llegó a ser vicepresidente de la corporación wanderina. Sintió como una derrota terrible cuando hace 10 años el club pasó a manos de la S.A., y pese a que su trabajo no le permite estar tanto en Valparaíso como quisiera, de todas formas opina sobre el devenir de una institución que busca lavar prontamente sus heridas.

-¿Cuál fue su postura en la votación que le dio el control del club a la sociedad anónima?

-Junto a una minoría de compañeros y miembros del directorio nos opusimos tenazmente. Yo sabía todo lo que había detrás de una sociedad anónima. Hace 10 años nosotros teníamos dificultades de manejo financiero, no en lo administrativo, sino en nuestra capacidad de liquidez para poder sostener y hacer sustentable la propuesta de un Wanderers independiente como corporación. Por ende nos vemos obligados a ir a una asamblea en la cual se postulan dos posiciones que en ese momento eran contradictoras e irreconciliables, Nuestra intención era mantenernos como corporación, buscar todas las opciones que nos permitieran vincularnos para hacer factible el proyecto.

-Carlos Bombal, presidente de la corporación en aquella época, dijo que se golpeó todas las puertas...

-No es tan así. Sí coincido en que hicimos el esfuerzo de golpear esas puertas. La cuestión es que muy prontamente vino la alternativa de la sociedad anónima. Allí es donde yo tengo severas críticas, incluso de la foto que apareció en este mismo diario donde Carlos abraza a Nicolás Ibáñez hijo. Ese abrazo de Bombal, marca lo que para mí es un momento de renuncia, por parte de nuestro grupo y directiva, a seguir la lucha hasta las últimas consecuencias. Yo jamás me hubiese tomado una foto con Ibáñez en señal de triunfo de nada.

-¿Se queda con el Wanderers de Reinaldo Sánchez o el actual?

-Es que por ahí también va mi crítica. Aquí sigue habiendo una secuela completamente previsible de lo que era Wanderers antes de nuestra administración como corporación. Ese vínculo y ese nexo está en Jorge Lafrentz, quien era miembro del directorio de Reinaldo Sánchez. Para mí se parecen mucho, solo que los antiguos empresarios por lo menos eran de la región; los nuevos solamente conocían la ruta 68 y la sede de Wanderers. (Alberto) Eguiguren es un ejemplo claro de esto. Él era un hombre que tenía un desprecio manifiesto con el pueblo wanderino.

-¿Considera usted que Lafrentz debería dejar su cargo?

-Claro, creo que en cualquier empresa o institución un hombre que acumula fracasos debe marcharse. En mi tiempo de dirigente, yo propuse que Wanderers debía levantar una serie de actividades deportivas que tenían que ver con nuestra identidad regional. Tenemos borde mar y no es posible que, por ejemplo, la región no tenga un equipo de waterpolo. Ese tipo de cosas jamás las pensarán en la concesionaria.

-¿Cuál es la clave del divorcio de la hinchada con la dirigencia?

-A este grupo de dirigentes no les interesa nada la razón de ser de un club de gran arraigo popular. En la medida que no les dé frutos del punto de vista económico. Wanderers es el único club de Chile que tiene una plena identificación de su pueblo con el equipo.

-¿Qué debe hacer la gente para manifestar su molestia?

-Creo que una buena señal sería que la hinchada produjera un estado de rebelión, pero bien entendida, con el fin de revisar lo que fue el oscuro manejo que hubo para aprobar la concesión. Aunque claro, no basta con eso. Los hinchas deben tener un plan respecto a qué hacer con el devenir del equipo, creando una propuesta alternativa y sustentable. Yo no pretendo que los hinchas compren las acciones, porque la sociedad anónima en Chile no funciona. No hay ningún club en el país que pueda mostrar grandes cambios con este modelo.

-¿Duele mucho ver hoy al equipo en Primera B?

-Sí, duele mucho, es una gran frustración, pero la vida siempre nos da oportunidades de revancha y de revertir la situación. No creo que esto sea un callejón sin salida. Mi crítica va hacia los que prometieron hacer de Wanderers una institución respetable y que haría sentir orgulloso al pueblo porteño. A ellos se les mintió sistemáticamente.

deportes@estrellavalpo.cl