El calvario de la hernia lumbar
No hay nada más frustrante, sobre todo en temporada de vacaciones, cuando los padres quieren aprovechar al máximo el tiempo con sus retoños, que un fuerte dolor llegue de improviso a arruinar de golpe ese momento. De inmediato llega a la mente la idea de que se trata de un lumbago pasajero y que, al cabo de poco, la normalidad terminará por volver. Pero en ciertos casos el bienestar nunca es total y eso podría ser síntoma de un problema que podría llegar a ser invalidante para el desempeño óptimo de las actividades cotidianas.
Riesgo
Esta patología aparece principalmente por causas mecánicas como ejercicios repetitivos y malas posturas. Pero a éstas se agregan otros factores de riesgo, como la obesidad y la mala alimentación, no realizar actividad física, cargar pesos extremos, estar sentado durante muchas horas sin levantarse y el tabaquismo.
Este último es un detonante poco conocido por los pacientes aún, apunta el Patricio Yokota, neurocirujano de clínica Bupa Reñaca: "El tabaco contribuye muchísimo a dañar los discos, daña la vértebra y los discos (...) Todas aquellas personas que fuman está demostrado que tienen más problemas a la columna que la gente que no fuma", indica.
No sólo cirugía
La mayor parte de las hernias de este tipo se pueden abordar con un tratamiento médico conservador, que no va a requerir cirugía. Esos casos, detalla el profesional, "implican bajar de peso, si tiene exceso, iniciar una terapia kinesiológica y un tratamiento con analgésicos, antiinflamatorios y a veces relajantes musculares (...) Estamos hablando entre el 60 y el 70% de los pacientes".
El resto de las personas, a causa de la severidad de su hernia, deberán recurrir necesariamente a una operación. "Si este tratamiento aplicado bien (convencional) en un plazo de cuatro a seis semanas no funciona, entonces uno piensa que ese paciente podría ser candidato a una cirugía", recalca.
En los casos en que se tiene que recurrir a cirugía, a grandes rasgos lo que se hace es sacar la parte del disco que está comprimiendo la raíz nerviosa -lo que provoca el dolor- y así ésta queda libre.
Además, en la intervención, detalla el médico, se revisa "por si hubiera otro fragmento que estuviera a punto de salir (...) Es una cirugía que dura entre 45 minutos a una hora y cuarto".
Señales
Para ahorrarse los fuertes dolores que llegan a impedir que las personas realicen con normalidad sus actividades cotidianas y hacer el quite a la posibilidad de estar de uno a dos meses en inactividad a causa de los cuidados que requiere el postoperatorio, los especialistas recalca que la consulta a tiempo es esencial apenas se perciban los primeros síntomas de dolor en la espalda. Pero como la hernia discal lumbar podría perfectamente confundirse con otra patología, Yokota agrega a la lista otros síntomas que no deben ser pasados por alto.
No apurarse
Las licencias médicas tras una operación de hernia discal lumbar se extienden generalmente por uno o dos meses, ya que justamente tienen como finalizada que la persona vuelva paulatinamente a realizar sus actividades habituales.
Es comprensible que quienes estuvieron limitados en sus movilidad por los fuertes dolores antes de la operación quieran rápidamente incorporarse a la vida social, pero el error que algunos cometen de forzar su regreso a la cotidianidad, puede pasar la cuenta al extremo de experimentar una reproducción de la hernia, conocida como recidiva.
La alteración de los discos intervertebrales, que conduce a los dolores conocidos como lumbago y ciática,
están asociados a múltiples factores como la obesidad, malas posturas y el tabaquismo.
DR. PATRICIO YOKOTA.
Mirian Mondaca Herrera
salud@estrellavalpo.cl
En el mundo, el Síndrome de Dolor Lumbar (SDL) es en la actualidad uno de los males más prevalentes en la población y la hernia discal lumbar o hernia del núcleo pulposo lumbar, es una de las causas específicas.
En particular, este tipo de hernia es producto de la salida del material gelatinoso central del disco intervertebral, llamado núcleo pulposo, a través de una fisura del anillo fibroso externo que lo rodea.
El disco intervertebral o disco lumbar tiene en su centro lo que se llama el núcleo pulposo, que es una concentración especial de colágeno y algunos polisacáridos; esa concentración tiene una propiedad particular, que hace que el disco actúe como amortiguador hidráulico para soportar el peso del cuerpo.
En el pasado, reflexiona el profesional, era muy frecuente que las personas que consultaban por una hernia discal lumbar fueran principalmente trabajadores que se desempeñaban en actividades donde se requería un importante esfuerzo físico, como obreros, agricultores o estibadores.
Pero eso ha ido cambiando drásticamente con el crecimiento de los empleos de oficina, porque las personas pasan mucho tiempo sentadas. También la aparición de la patología se ha visto favorecida por la creciente obesidad que existe en el país.
En ambos caso, explica Yokota, se debe a que "la presión aumenta mucho dentro del disco (lumbar) y cuando se rompe la periferia del disco, que se llama anillo fibroso, que es el que mantiene en el centro el núcleo pulposo, sale este contenido y se forma la hernia".
En el caso de quienes sufren de obesidad es primordial que bajen de peso para disminuir la presión dentro del disco, pero para quienes desempeñan un trabajo donde requieren estar sentados por mucho tiempo, el médico recomienda que la persona esté sentada en una silla anatómica, en la medida de lo posible. Asimismo, es importante que "más o menos a los 45 minutos a una hora pueda levantarse y estar a lo menos unos 10 o 15 minutos de pie".
Se debe considerar sí que, de manera natural, el disco sufre un proceso normal de envejecimiento a contar de los 20 años de edad. Con ello, indica el neurocirujano, "el disco empieza a perder agua lentamente", pero por sí sólo este proceso no debiese generar problemas si se evitan los factores de riesgo antes indicados.
"Lo que ocurre con los factores de riesgo repetitivos es que esta pérdida de agua puede ser mayor y se agregan las fisuras y la ruptura del disco, que posibilitan la hernia. También, en algunos casos, se ha visto que habría un factor genético con algunos pacientes en los cuales la composición del colágeno cambia (...) Es por eso que a veces uno se encuentra con gente que la mamá, al papá o el hermano tuvo hernia", detalla Yokota.
Otra forma de tratamiento de la patología que se ha comenzado a masificar es la ozonoterapia, que consiste en la infiltración de ozono con esteroides directamente en el disco intervertebral dañado, en los músculos que la rodean, o incluso en ambos, según el criterio del profesional.
No obstante, asegura Yokota, "es un tema que hasta el momento es controvertido, hay gente que lo defiende, hay gente que no le cree. Lo cierto es que la medicina basada en la evidencia todavía no le da un respaldo oficial".
Estas señales, que son parte de la llamada "bandera roja", consideran dolores que se pueden irradiar hacia la pierna y llegar hasta el pie y que haya menor sensibilidad. También ocurre que se sientan cosquilleos u hormigueos en los dedos de los pies y que exista menor fuerza en esas extremidades.
En este punto, señala Yokota, cuando se tiene un dolor severo, que no se pasa con nada, que compromete la función para orinar, defecar o tener vida sexual, se debe acudir inmediatamente al médico.
"Es lo que llamamos el síndrome de cauda equina, en que el paciente tiene un adormecimiento de todo lo que es la parte anogenital (...) Si tiene una hernia que habitualmente compromete varias raíces nerviosas y no se opera a tiempo, el paciente puede quedar con problemas persistentes para orinar, defecar o para su vida sexual", detalla. Para detectar la patología con mayor seguridad los médicos usan la resonancia magnética.
Fernando Leiva, traumatólogo de clínica Bupa Reñaca, indica que mientras dure su tiempo sin trabajar, el paciente -en primera instancia- tiene que guardar reposo para lograr que "la parte del disco que se operó haga una buena cicatriz, que sea una cicatriz que no tenga dolor y que además le de tiempo a la raíz nerviosa de que se recupere bien".
Precisamente cuando hay una buena cicatrización se evita que la hernia vuelva a aparecer. "La reproducción de ésta ocurre más menos entre a un 20 hasta un 25% de los casos y ocurre en aquellos pacientes que una vez operados siguen haciendo los mismo errores que cometieron antes de operarse, por tanto la hernia empieza a volver", agrega.
Los especialistas no dudan en recomendar la actividad física permanente después de haber sufrido de una hernia de este tipo, pero ésta debe realizarse bajo supervisión médica en las semanas posteriores a una cirugía, y deportes que ayuden a proteger la columna.
Leiva comenta que los ejercicios más recomendados en primera instancia es la hidrogimnasia, la natación y el pilates, guiados por kinesiólogos.
"La primera terapia con kinesiólogos se hace más menos a las dos semanas de operado, que es una terapia más como de mejorar postura, de relajar y desinflamar. Después se parte con kinesiología un poquito más fuerte, fundamentalmente porque si hay una buena musculatura que rodea mi columna, sobre todo en la parte abdominal y en la parte lumbar posterior, se protege a la columna (...) Normalmente son ejercicios sin tanto movimiento, que se llaman isométricos", finaliza el también docente de la Universidad de Valparaíso.