La madrina de la coca
Apodada también como "La viuda negra", esta colombiana antecedió a Pablo Escobar en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Su historia fue llevada a la pantalla.
La tarde del 4 de septiembre de 2012, una mujer de unos 70 años compraba unos bistecs en una carnicería de la concurrida calle 30, en Medellín, Colombia. Mientras pagaba su adquisición, un hombre bajó desde una motocicleta, entró en la tienda y disparó diez veces sobre la inofensiva clienta. Tras ello, salió tranquilamente caminando del negocio, subió a la moto y desapareció en el tráfico de la ciudad.
En el piso yacía Griselda Blanco quien, lejos de ser una anónima vecina de Medellín, era una verdadera leyenda del narcotráfico mundial. Apodada "La viuda negra", "La reina de la coca" y "La madrina", Blanco había sido una de las pioneras de la internación de cocaína desde Colombia a Estados Unidos, una de las protagonistas de los llamados "jinetes de la cocaína" de Miami en los años '70 y '80 y antecesora en varios años al famoso "Patrón", Pablo Escobar Gaviria.
Griselda Blanco llegó a erigir un imperio de la droga que enviaba más de 1.500 kilos de cocaína al mes hacia Estados Unidos, en barcos y aviones que abastecían el creciente consumo en ese país.
Y a seis años de su ajusticiamiento a manos de sicarios, su vida ha vuelto a la palestra, luego de que esta semana se estrenara la película biográfica "La madrina de la cocaína", protagonizada por la actriz galesa Catherine Zeta Jones.
delincuente precoz
En la historia criminal de Miami, el nombre de Griselda Blanco ocupa un lugar destacado. Sus sangrientas venganzas callejeras y el volumen de sus transacciones de drogas la hicieron conocida en los bajos fondos de la ciudad.
Su infancia fue dura. Se crió con su madre en un barrio pobre y peligroso de Medellín, no fue a la escuela -se dice que apenas sabía leer y escribir- y a los 9 años ya era una carterista avezada, junto a otros niños del sector.
Su leyenda negra le atribuye un crimen atroz cuando tenía apenas 12 años. La joven Griselda tuvo la idea de secuestrar a un niño adinerado de Medellín, de apenas 9 años, y pedir rescate por él. Junto a su banda, lo mantuvo retenido por dos semanas hasta que ella misma se encargó de ejecutarlo, frente a sus compañeros de delito.
Siendo una quinceañera, muy precoz y seductora, se casó con un hombre mayor, que se dedicaba a falsificar visas, con el que tuvo tres hijos. Vivió con él hasta que enviudó y, pocos meses después, ya estaba emparejada con su amante Alberto Bravo, quien la inició en el tráfico de cocaína.
Emigraron juntos a Estados Unidos en la década del '70 y allí iniciaron una operación de importación de coca desde Colombia. Lo que no tenía en educación, Griselda lo tenía en ingenio: contrató modistas para diseñar sostenes y fajas para internar cocaína y mandó a fabricar zapatos de tacones especiales con el mismo propósito. Luego pasó a los cargamentos en barcos y aviones.
La viuda negra
Dispuesta a abrirse paso en un mundo dominado por hombres, Blanco se fue haciendo fama como una jefa vengativa y violenta. Para 1976, ya era considerada una de las reinas del narcotráfico y se le atribuían decenas de muertes.
Su pareja e iniciador en el mundo de la droga, Alberto Bravo, fue desplazado por otros de sus variados amantes y Griselda comenzó a sospechar que él le robaba. En medio de un sangrienta disputa en Medellín, que incluyó una feroz balacera con varios muertos, ambos terminaron baleados: Alberto con dos tiros en la cabeza y ella, con una bala en el estómago. Sólo ella sobrevivió y desde entonces comenzó a amasar su fama de "viuda negra".
Su nueva pareja, Darío Sepúlveda, era un hombre apuesto, de apariencia sofisticada y gustos caros, tras los cuales se ocultaba un verdadero mafioso. Él fue el padre de su hijo más querido, Michael Corleone Sepúlveda. En una torcida parodia de la vida de su ídolo, "El Padrino" Vito Corleone, Griselda se hizo llamar "La Madrina" y educó a sus hijos mayores en el crimen, para que la secundaran en su negocio.
Con Michael Corleone fue distinto. Su padre no quería que siguiera los pasos de "La viuda negra" y esto originó una agria disputa en la pareja, pues Griselda no quería siquiera enviarlo al colegio, a fin de prepararlo para heredar su narcoimperio.
Tras una violenta pelea doméstica, el padre abandonó el hogar con el niño y se embarcó con rumbo a Medellín, mientras Griselda rumiaba rabia y pena en Miami. Finalmente, contrató a dos sicarios que emboscaron y ejecutaron a su esposo frente al niño y luego embarcaron al menor rumbo a Estados Unidos. Ella lo recibió con los brazos abiertos, llorando y jurando que algún día se vengaría de "esos malparidos" que habían matado a su padre…
La obsesión con el dinero y el poder, que la habían llevado a robar desde la más tierna edad, se mantuvo durante toda su vida. Cuentan que Griselda portaba siempre, dentro de un bolso barato, sus joyas más preciadas y disfrutaba exhibiéndolas ante todo el mundo: un anillo de rubíes de Evita Perón, un collar de 30 esmeraldas y 40 diamantes y varias gemas sueltas, avaluados en unos 15 millones de dólares.
el fin de la madrina
Mientras sus muertos se acumulaban en las calles de Miami y Medellín, el cerco en torno a la poderosa Griselda fue estrechándose. Tuvo que mudarse a California, donde fue arrestada en 1985 y condenada a veinte años.
La lista de muertos que se atribuye a "La Madrina" es incierta: la leyenda la eleva hasta 250, pero la policía estimó que eran unos 40. Sólo fue condenada por tres. Entre sus crímenes más notorios, figuran una violenta balacera en pleno día en un mall de Miami; y la ejecución de dos narcotraficantes frente sus tres pequeños hijos, por la que fue condenada. También fue sentenciada por un tiroteo en el que murió un niño de dos años, quien iba en el auto con un ex "soldado" de Blanco.
Griselda Blanco fue condenada a tres sentencias consecutivas de veinte años por los homicidios, pero sólo cumplió una. En el 2004, tras 19 años de presidio, fue puesta en libertad y deportada a Colombia. Si bien se retiró de las actividades delictuales, vivió por ocho años del dinero ganado gracias a la cocaína, pues aún disponía de una inmensa fortuna. Sin embargo, durante su vida delictual había lastimado a mucha gente y la venganza alcanzó a "La madrina de la coca".
Paradójicamente, también se le atribuye haber "inventado" el sistema de ejecuciones con sicarios en moto, el mismo que terminaría costándole la vida a ella…
La cinematográfica vida de Griselda Blanco
Redacción