Fabián San Martín D.
Globos negros, arreglos florales, un ataúd en un local comercial, música bailable y gente bajo un toldo tomando té y bebidas con destilados en plena mañana. Ese era el macondiano panorama que reinaba ayer en calle Las Heras, entre Colón e Independencia. Era el velatorio... el adiós a un querido personaje del barrio: Patricio Eleazar Vásquez Coccio, conocido como el Pato Coccio. Oriundo de cerro Cordillera, pasó la mayor parte de su vida en calle Las Heras, donde limpiaba autos, hacía mandados para los comerciantes y otros pololitos.
Tiempo atrás al alegre y servicial hombre de 46 años, le detectaron un cáncer testicular. No se hizo tratamiento a tiempo dicen sus cercanos, y el mal lo consumió esta semana en el hospital Carlos Van Buren. Deja a su mujer, dos hijos, una nieta y un barrio entristecido por su ausencia.
"Era el guardián de Las Heras, hacía rondas, si era tarde en la noche acompañaba a las mujeres a su casa. Las cuidaba, no era irrespetuoso. Ahuyentaba a la gente que hacía maldades", dice su amiga del alma Jacqueline. A ella le pidió que lo velaran en su calle querida, así que el ataúd se puso en un estrecho local comercial, con su foto, a vista del público.
"Fue buen amigo, yo salía tarde y me acompañaba al colectivo. Extrañaré cuando iba a pedirme sopa", acota Erika, cocinera del restaurante San Carlos.
La anécdota que todos recuerdan se produjo en uno de los últimos Carnavales Culturales, cuando en medio de un asado se desprendió de su ropa y como Dios lo trajo al mundo, se paseó en bicicleta por Las Heras y calles aledañas. Lo grabaron y subieron a Youtube, donde aún se encuentra el jocoso video. Ayer en medio del llanto, las risas, rancheras, Gipsy Kings y alcohol, el Pato Coccio se fue a su descanso eterno.