Carolina Cabezas Vidal

Llegaron desde el estadio a las canchas del Sporting de Viña del Mar. Y es una de las tradiciones que no han dejado pasar en más de 25 años.

Provenientes del cerro El Litre, la familia Caroca-Pizarro no se pierde El Derby por nada del mundo.

Pero además los Caroca cuentan con la fórmula secreta para hacer de la experiencia de El Derby aún más dulce. Y aunque usted quizás no lo crea, es más simple y barata de lo que piensa, sobre todo si hablamos de apuestas.

Cada año, le apuestan a todos los caballo ¿el secreto? Los Caroca se arriesgan con pequeñas sumas de dinero.

"No apostamos por la ambición o por avaricia, nosotros no nos pasamos de los $200, $500 como mucho. Venimos a disfrutar aquí, y si ganamos algo, que sea bienvenido. Pero si perdemos no es doloroso, si son $200 no más. Lo importante del día no son las carreras, sino que disfrutar con la familia ", agrega la jefa de la casa, Margarita Pizarro.

Los Caroca-Pizarro aún recuerdan el primer año que su fórmula funcionó: "Algo teníamos que ganar", agregó Héctor Pizarro, padre de la familia.

El próximo año, de seguro volverán con el secreto, no llegar a los billetes.

La Estrella de Valparaíso

Buena memoria, pasión por la hípica y excelente dicción, son las características que Mauricio Olivares considera que un buen relator de carreras debe tener.

Se dedica desde el '81 a narrar carreras en el Sporting Club, desde el '84 en el Hipódromo de Chile e inició durante el '89 en el Club Hípico de Santiago.

Su pasión por los caballos fue infundida por sus tíos que, desde pequeño, lo criaron junto a su hermano alrededor de las carreras. Escuchando los relatos de la capital en Viña, se enamoró del verso hípico.

"En el '76 entré a trabajar en el Sporting. Tenía 17 años. Empecé como ayudante, anotando los resultados en las pizarras. Después vendí boletos, pagué , trabajé en la sección de cálculos. Hasta que se dio la oportunidad de relatar en carreras", recordó Olivares, quien aseguró que desde niño aprendió por sí mismo a relatar.

Mauricio se enamoró de esta ocupación gracias a la experta voz de Óscar Serrano, un ídolo que años después se convertiría en su compañero de trabajo.

De corazón

Para este hombre, su trabajo es una experiencia "mágica", que ocurre en menos de 3 minutos y se complementa con los gritos y puños del animado público.

Mauricio Olivares se prepara, antes de una cerrera, memorizando los colores y nombres del caballo y su jinete. Alista su voz y toma aire profundamente antes de empezar a hablar por un micrófono inalámbrico.

"En los últimos metros te llega la adrenalina. Nosotros damos emoción en el ultimo tramo" dijo Olivares.