Paños fríos
Chile está de luto. El caso de Sophia es totalmente condenable y demuestra que hay cosas que claramente se están haciendo mal, sin embargo pensar en restablecer la pena de muerte es un paso que no debemos tomar.
Es pertinente recordar la argumentación de Cesare Beccaria, que en el siglo XVIII nos advirtió los problemas que conlleva la pena capital. El Estado no puede ni debe convertirse en verdugo. Éste debe ser un garante de protección de los derechos inalienables de todos los individuos. Sophia merece que nuestros legisladores estudien y analicen esto con la seriedad correspondiente, con la mente fría y calmada. Que el Estado decida quien vive y quien no es decirle al mundo que realmente fallamos. Debemos poner a los niños primeros en la fila para que casos como este nunca vuelvan a ocurrir.
Nicolás Escobar Martins