Lorena es playanchina y Guilherme, de Belo Horizonte. Pero en el fútbol y en el amor, no existe tal cosa como las distancias, por lo que los enamorados hoy disfrutan juntos de una pasión en común: Santiago Wanderers.

Ella le contagió su cariño por el Decano al brasileño que, obvio, al ser oriundo del país amo y señor del deporte rey, se tomó a pecho la pasión y se transformó en un hincha acérrimo.

Ambos planificaron el viaje a Arequipa para cumplir el sueño de ver al equipo de sus amores en tierras extranjeras, aunque sí había algo que los inquietaba: "Guilherme fue a ver Wanderers con Colo Colo hace unos años, partido donde hubo problemas, donde la barra se portó un poco mal, entonces dije: mejor vámonos altiro a la parte segura", confesó la porteña, que se desempaña como docente.

La idea de ambos era ver el partido bajo techo, ya que se esperaba que la lluvia cayera fuerte sobre el estadio Monumental de la UNSA (lo que no sucedió) y, por ende, compraron boletos para el sector preferencial.

Sorpresa: eran las únicas dos personas con camisetas de Wanderers en un sector que se teñía completamente de albirrojo y que, antes de empezar el duelo, entonó canciones xenófobas contra los chilenos.

"¿Qué le vamos a hacer?", pensaron, y no les quedó otra que disfrutar igual del partido y hasta darse el lujo de gritar el gol de Marco Medel a todo pulmón, pese a la frustración de los más de 20 mil peruanos presentes en el recinto.

"Acá son súper respetuosos, un 7, la gente de Arequipa es muy educada. Fue increíble todo porque además fue un golazo. Ésta ha sido una gran experiencia, valió la pena totalmente todo lo que hicimos en función de esto", reveló con emoción Lorena.

Todo iba bien: elogios iban y venían para la algarabía caturra y el buen comportamiento de los hinchas wanderinos que llegaron hasta Arequipa para apoyar al Decano en su paso por Copa Libertadores.... Eso hasta que una pichanga en plena Plaza de Armas se salió de control y un grupo de hinchas con la camiseta verde se vio envuelto en una violenta trifulca en la que tuvo que intervenir la policía peruana.

Según reporta el diario El Búho, de la Ciudad Blanca, el incidente comenzó cuando los chilenos jugaban una pichanga ayer en el centro histórico.

Al ser advertidos por ciudadanos arequipeños, muy respetuosos de su patrimonio, de que no podían jugar a la pelota en la plaza, los wanderinos hicieron caso omiso y siguieron pichanguenado. En cosa de minutos, el altercado verbal incluyó insultos y provocaciones que derivaron en un intercambio de golpes. Según señala elbuho.pe, "los chilenos se asilaron inmediatamente en un restaurante del Portal de Flores. Desde ahí, insultaron a los arequipeños y 'se bajaron los pantalones', cuentan".

La Policía de Turismo, personal de Seguridad Ciudadana y agentes del Cuerpo Nacional de Policía (UCI) debieron controlar la situación. Para evitar que fueran agredidos, la policía resguardó a los porteños en una agencia de turismo, hasta que pudieron sacarlos en vehículos hacia otras partes de la ciudad.

No faltaron los que decidieron volver a la plaza con actitud provocadora y fueron perseguidos por las calles del centro histórico, en medio de una ráfaga de insultos.