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Alertan de sujeto que roba a los hospitalizados en el Van Buren

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Ni estando enfermo en un hospital se puede estar a salvo de la delincuencia. Le ocurrió a la educadora de párvulos M.A.M.L., de 48 años, domiciliada en Casablanca, internada en el cuarto piso de la torre medica del Carlos Van Buren.

Cerca de las 09.30 horas cuando despertó en la cama de la sala, vio a un sujeto que revisaba sus pertenencias. El sujeto en principio dijo ser un familiar suyo, y luego que era un pariente de otro de los internados que a esa hora dormían, a quienes también revisó sus cosas.

En ese instante ingresó al lugar un técnico paramédico que le requirió se identificara, pero el sujeto raudamente escapó del lugar. La casablanquina revisó sus cosas del velador, y se percató que el desconocido finalmente le sustrajo su celular. El sujeto mide 1.60 aproximadamente, contextura media, tez morena, pelo corto y vestía polera clara y pantalón oscuro. En sus manos portaba documentación para simular que realizaba algún tramite. La afectada realizó la denuncia en Carabineros. Trascendió que la seguridad del recinto asistencial reconoció al individuo como una persona que de forma habitual vulnera los controles y se pasea por las dependencias en búsqueda de especies de valor de los hospitalizados, que aparte de recuperar su salud deberán fijarse en no ser víctimas de la delincuencia.

Robo flash de 100 millones en caja de compensación

Solitario delincuente accedió a una oficina anexa de la sucursal usando la clave secreta de la puerta. Huyó con millonario botín.
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Nicole Valverde S.

A partir de las 8 de la mañana llegan las primeras personas a instalar sus puestos en la feria de artesanos y emprendedores locales de la plaza de Quilpué.

La mañana transcurre tranquila en la ciudad del Sol. Nada hacía presagiar lo que ocurría al interior de una de las oficinas de la caja de compensación Los Andes, ubicada en calle Aníbal Pinto, a la altura del 796.

100 millones de pesos

Fuentes de La Estrella de Valparaíso revelan que a eso de las 9 de la mañana, un hombre de aproximadamente 30 años, ingresó a una de las oficinas usando la clave secreta de la puerta de acceso.

El sujeto tenía el rostro descubierto pero usaba un jockey para que las cámaras de seguridad no captaran imágenes de su cara. También portaba un arma de fuego con la que intimidó a uno de los trabajadores del recinto; le entregó un bolso, y le ordenó que le depositara el dinero que había dentro de la bóveda.

Tras ser intimidado, el trabajador le entregó el dinero, y el sujeto se dio a la fuga en dirección desconocida. Y si bien, aún no se confirma con exactitud el monto sustraído, la información preliminar habla de una cifra millonaria que ronda los 100 millones de pesos.

Investigación

La fiscal Daniela Quevedo quedó a cargo de la investigación de este particular y millonario robo con intimidación.

Según el teniente coronel Roberto Troncoso, jefe de la Prefectura Marga Marga, equipos especializados del 0S9, SIP y Labocar de Carabineros, trabajaron en el lugar para recopilar todas la evidencias posibles para determinar cómo sucedió el hecho.

"De acuerdo a algunas evidencias fílmicas que tenemos, un individuo habría ingresado a una de las dependencia anexas a la sucursal principal de la Caja Los Andes, y habría ingreado por la puerta utilizando la clave digital. Al parecer este sujeto habría tenido información privilegiada, que es lo que tenemos que determinar todavía", aclaró el prefecto.

Sin heridos

Para fortuna de los trabajadores y trabajadoras que a esa hora iniciaban su jornada laboral, el robo fue tan rápido -unos dos minutos- y misterioso que la mayoría no se dio ni cuenta de lo que había ocurrido hasta que el sujeto salió del lugar y el trabajador alertó a los guardias de seguridad que había sido víctima de un robo. Por lo que el personal de la sucursal quilpueína de la Caja Los Andes está a salvo y no hubo heridos que lamentar.

Mientras, desde la plaza de Quilpué, Cecilia Miranda contó que solo notó que algo había pasado cuando las patrullas de Carabineros llegaron al lugar.

"Nosotras nos instalamos aquí desde las 8 de la mañana en adelante. No sentimos gritos, ni disparos, ni nada que hiciera pensar que estaban asaltando el lugar", comentó la artesana.

Y su tocaya Cecilia, quien atiende el kiosco que se ubica junto al frente de la sucursal -sin saber lo que ocurría- fue hasta la caja de compensación para hacer un trámite, y se pilló con la sorpresa de que estaba cerrado por el robo.

"Yo llevo años aquí y nunca había pasado algo así. Acá es muy tranquilo. Además como están todos los bancos siempre hay carabineros, por eso nadie habría sospechado que los estaban asaltando", concluyó la comerciante.