Categórica derrota de San Luis ante una incontenible U. de Chile
Los canarios se quedaron en las buenas intenciones mientras los azules liquidaron con tantos de Guerra, Pinilla y David Pizarro para el 3-0.
Claudio Morales - La Estrella de Valparaíso
Con mucha intensidad y juego vertical de Universidad de Chile y San Luis, comenzó el duelo que abrió la tercera fecha. Los canarios se plantaron con su habitual atrevimiento en el pasto de Ñuñoa y, pese a que anunciaron sus intenciones con un par de centros que conectó -desviado- Carlos Escobar, los azules comenzaron a desequilibrar con los arranques del venezolano Yefferson Soteldo, quien en la primera diagonal que hizo dejó solo a Nicolás Guerra, pero éste remató al cuerpo del portero Ignacio González.
El meta sanluisino se comenzó a transformar en figura, pues evitó dos goles de Soteldo antes de los 20 minutos. Así la "U" comenzó a someter a los quillotanos mientras el partido caía en el roce.
En una misma maniobra, Pinilla y Pizarro se ganaron tarjeta amarilla, y al juez Francisco Gilabert le costaba encauzar el partido con jugadores irascibles y dispuestos a pegar. Como Matías Rodríguez, que con un violento foul sacó de la cancha al lateral zurdo canario Manuel Bravo.
Debacle canaria
Por la otra banda, los descuelgues de Beausejour comenzaron a desnivelar, y en uno de ellos, Guerra conectó el centro rasante para inaugurar la cuenta en los 38 minutos.
El arquero de San Luis se resignó, pero cuatro minutos después le tuvo que ganar un mano a mano a Pinilla para no ser derrotado nuevamente.
Las diferencias se volvieron a notar en el reinicio del encuentro. Christian Bravo -a quemarropa- no pudo vencer a Johnny Herrera y tras cartón, Mauricio Pinilla sacudió las mallas del arco sur con un derechazo para anotar el segundo en los 9 del complemento.
El duelo comenzó a tener un matiz de masacre, cuando entre Beausejour y Pinilla le armaron una jugada de lujo a David Pizarro para que el porteño clavara un disparo bajo junto a un poste. Iban 62' de juego y la resistencia canaria quedaba en nada con el 3-0.
Excepto por Nacho González, que siguió sacando pelotas con los pies y con lo que podía para evitar un bochorno mayor, aunque en la banca, a Miguel Ramírez no lo consolaba nadie.