Matías Valenzuela
No cobran las millonadas que sus alter egos, tampoco tienen jets privados, giras mundiales, ni son reconocidos en la calle, pero cuando pisan el escenario cosechan los mismos aplausos y vítores que los originales.
El negocio de los dobles oficiales ya está institucionalizado en Chile, al punto que cada artista tiene su embajador nacional, y cuando la "Viñamanía" se toma el país, se van multiplicando las presentaciones de los imitadores.
Pueden cobrar desde los $200.000 a los $800.000, dependiendo de la cantidad de público y la duración del show, pues pueden pasar de 15 minutos en una discotheque a un especial de una hora para una empresa minera, pero a diferencia de lo que uno podría pensar, no todos son fans acérrimos de los artistas que imitan.
Hoy, el Festival de Viña será inaugurado por Miguel Bosé, mientras que mañana en el mall de Curicó se presentará su clon. Paulo Rojas, reconoce que fue "impensada" su incursión como imitador del cantante español.
Según relata el ex chico Rojo, nunca fue un fanático acérrimo de Bosé, aunque sí disfrutaba su música. Una vez un productor le sugirió que se dedicara a imitarlo por su parecido en lo físico y en el timbre de la voz, y así fue como partió todo.
"No tengo ese como ímpetu de ir a verlo, de juntar sus fotos y esas cosas, lo mío es más performático, bailo, canto, actúo, lo hago todo. La admiración que nace un poco de hacer el personaje, es la interpretación de Miguel Bosé, cuando me pongo el bigote, me pongo el traje, aparece el personaje, cuando me saco eso, vuelvo a ser el Paulo", explica.
Salsa por bachata
Similar es el caso de Arturo Arranz, oriundo de La Habana, llegó a Chile hace 18 años desempeñándose como músico y cantante de salsa, pero reorientó su carrera para imitar al intérprete de "Darte un beso", Prince Royce, desde hace más de cuatro años.
"Yo vengo de una familia de músicos ligados a la salsa, entonces fue todo un proceso de conocer el personaje y conocer bien el tema de la bachata. De a poquito se fue dando", cuenta el cubano y agrega que su trabajo es "con mucho cariño y respeto".
"Al principio fue un gran desafío para poder poner la voz distinta, tratar de asemejarse a algunos gestos, entonces fue un tema complicado porque yo canto totalmente distinto, lo primero es eso, cantar de forma distinta, es un proceso de aprendizaje bien largo", comenta.
Di mondito
Un caso particular es el de Favrizzio Vicentini Violani, un joven sanfelipeño que se hizo conocido tras ganar un concurso organizado por el propio Di Mondo para premiar con una cena y una entrada para el Festival a la persona que posara con un estilo "dimondiano".
Favrizzio ganó el año 2017 y obtuvo el apodo de "Di Mondito", y aunque no se avergüenza del apelativo, advierte que no es in imitador del fashionista.
"No me gusta como él se viste, pero si admiro que él se atreva a innovar. Yo soy un fanático de la moda, por lo tanto a mí me gusta la gente que rompa esquemas", aclara.
Aprovechando su aparición mediática, Favrizzio potenció sus redes sociales y su trabajo como locutor en una radio de San Felipe, donde se explaya sobre moda, tendencias y cultura.
"Eso me ayudó mucho a ganar seguidores, a hacerme más conocido. De hecho me abrió muchas puertas, y estoy contento con todo lo que ha ido pasando", cuenta.