A pesar de que no eran muchos los hinchas que llegaron en la tarde de ayer hasta el Estadio Nacional, la lluvia de pifias se sintió fuerte cuando el encuentro ante Magallanes había finalizado. Los forofos caturros no le perdonaron la derrota al cuerpo técnico comandado por Nicolás Córdova, quien fue el blanco principal de las críticas que los presentes en el principal recinto futbolísticos del país estaban vociferando.

Tras la habitual charla en camarines, una veintena de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación esperaban por las declaraciones del joven técnico caturro. Sin embargo, el talquino declinó emitir comentarios tras el duelo, y tras pasar raudo por la zona en que los profesionales intentaban hacer su trabajo, se subió a un auto particular y abandonó las instalaciones del coloso ñuñoíno.

Los jugadores del Decano se sumaron a la práctica ejercida por su entrenador y ninguno salió a dar explicaciones respecto a la inesperada derrota ante el cuadro capitalino.

A pesar de que Córdova anunció a mitad de semana que no tiene pensado renunciar a la banca verde, no cabe duda que se le vienen días difíciles en Valparaíso, ya que los fanáticos parecen haber perdido la paciencia.

Nicolás Arancibia Bórquez

Muy seguramente, ni en la mente del más pesimista de los hinchas caturros estaba la idea de caer de manera tan estrepitosa en la jornada de ayer. Santiago Wanderers, con dos hombres menos en cancha, perdió por tres goles a cero ante un cuadro de Magallanes que, con muy poco, desnudó las grandes falencias de un equipo porteño que no puede permitirse seguir perdiendo puntos si su idea es ascender durante este año.

Con un fuerte sol que cubría el césped del Estadio Nacional, el elenco dirigido por Nicolás Córdova visitó al histórico elenco carabelero con la idea volver a sumar de a tres en el torneo de Primera "B".

Estas ganas, al menos en la primera mitad, no se reflejaron en lo que los jugadores del Decano mostraban en cancha, ya que salvo un mano a mano que perdió Adrián Cuadra, el partido careció de oportunidades claras para poder abrir el marcador.

Las expulsiones

Cuando el reloj marcaba los 40 minutos de partido, Matías Fernández bajó a un Mark González que se dirigía hacia el pórtico custodiado por Mauricio Viana, lo que le significó la expulsión al joven mediocampista porteño.

Incluso con un jugador más en cancha, Magallanes parecía no tener las armas suficientes para poder quedarse con el partido, esto hasta que Bernardo Cerezo, intentando evitar un gol, toca el balón con su mano en el área, propiciando un lanzamiento penal y generando la segunda expulsión del partido en el Decano.

Desde los doce pasos, el experimentado Mark González no perdonó a los verdes. Así es como, con nueve jugadores en el campo de juego, el equipo wanderino comenzó a descompensarse y sentir el cansancio extra que le generaba la inferioridad numérica.

Gonzalo Sosa, nuevamente de penal tras mano de Soto, y Diego Aravena pusieron las últimas estocadas para un elenco verde que, en términos futbolísiticos demostró que tiene demasiado que mejorar.