Claudia Carvajal R.

El parabrisas de un trole trizado fue el resultado de un ataque de furia que sufrió el pasajero de una micro, que al mediodía del jueves no podía avanzar por calle Condell porque había un desperfecto en el tendido eléctrico de los trolebuses.

La trifulca comenzó poco ante de las 13.00 horas a la altura de Bellavista. Hasta ahí llegó un carro de mantención de la empresa de troles para reparar los cables que momentos antes habían hecho cortocircuito, lo que formó un gran taco de vehículos.

En ese momento, en la vía más cercana al cerro, había un trole detenido y detrás del carro de asistencia una micro que no podía avanzar. El chofer tocaba y tocaba la bocina, pero nada se movía.

Esta situación molestó tanto a un pasajero del microbús, que exasperado, se bajó, increpó al conductor del trolebús y luego le pegó un combo al parabrisas, provocándole una trizadura. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, quiso arrancar del lugar.

Sin embargo una pasajera del vehículo eléctrico se bajó muy enojada y lo paró. Le dijo que cómo se le ocurría romper un medio de transporte de valor patrimonial y hasta unos manotazos le dio. Finalmente Carabineros terminó con la pelea y se llevaron detenido al atacante, que ayer pasó a control de detención en el Tribunal de Garantía de Valparaíso (ver recuadro).

"nunca faltan"

Ricardo Valdés, chofer del trolebús, explicó ayer que "yo no me podía mover, porque si lo hacía nos podíamos electrocutar todos. El hombre se empezó a ofuscar, pero era peligroso, no se podía avanzar hasta que me dieran la pasada".

Valdés además relató que "comenzó a insultarme, me sacó la madre, pero yo no le respondí, porque yo iba con pasajeros... no iba a ponerme a pelear con él".

Este chofer, que lleva tres años en la empresa porteña advirtió que "nunca faltan" los ataques a los troles y que a diario deben aguantar que muchos conductores de micro les "tiren" las máquinas encima para quitarles pasajeros. "Pero la gente nos espera a nosotros", advirtió.

Nuevamente los auto denominados artistas del spray irrespetaron una valiosa obra del Museo a Cielo Abierto del cerro Bellavista.

Actuando solapados en la oscuridad de la noche, un grupo indeterminado de vándalos rayó con spray el mural 8 denominado "Siluetas en contraluz", ubicado en la calle Guimera, a metros del acceso del ascensor Espíritu Santo.

La obra pertenece al destacado pintor nacional Amador Ricardo Yrarrázabal Larraín, quien en 1997 fue elegido entre los 10 mejores pintores de la historia chilena, y sus obras han sido reconocidas tanto en el país como en el extranjero.

La situación tiene molestos a los residentes, ya que son continuos los ataques de grafiteros a las obras que conforman el Museo de Cielo Abierto, que forman parte del circuito turístico que frecuentan visitantes nacionales y extranjeros, que no deben llevarse la mejor de las impresiones al ver que los habitantes de la ciudad no cuidan su patrimonio.

La junta de vecinos ha alertado en varias ocasiones a Carabineros de la Octava Comisaría Florida sobre la presencia de estos inescrupulosos. Motoristas han arrestado a algunos de ellos y junto con la evidencia los han derivado a la Fiscalía y los tribunales, pero tras conseguir la libertad siguen en esta actividad que nada tiene de artístico y sólo genera daños a la ciudad patrimonial.

Dos antisociales fueron detenidos cuando circulaban en una bicicleta de alta gama que estaba encargada por robo.

La diligencia fue posible gracias al trabajo en conjunto de la tenencia El Belloto de Quilpué, con personal de la Sexta Comisaría de Villa Alemana.

El procedimiento policial se originó en la Ciudad de Los Molinos, cuando efectivos policiales fueron alertados por un ciudadano que en el sector de El Belloto 2000 circulaban dos hombres en bicicleta. El transporte era muy similar a uno sustraído hace dos semanas en una vivienda de Villa Alemana.

De forma inmediata se realizaron las coordinaciones con los carabineros de la tenencia El Belloto, para dar con el paradero de los dos individuos.

Tras un amplio despliegue policial, los funcionarios de servicio en bicicletas finalmente lograron ubicarlos. Al efectuarles un control de identidad se descubrió que ambos mantenían órdenes de aprehensión pendientes: uno por los delitos de hurto y robo de vehículos, y el otro por receptación.

Fueron detenidos y remitidos al tribunal de garantía para ser formalizados por el delito de receptación, mientras que deberán responder por los ilícitos por el que eran buscados. La bicicleta recuperada fue avaluada en 6 millones de pesos y fue devuelta a su propietario.