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Hasta que cortaron la "Palmera triste"

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Los vecinos del cerro O'Higgins, que estaban preocupados por la "palmera triste", ejemplar que estaba doblado en noventa grados, ayer se despertaron, miraron para la esquina de Subida Washington con Los Pinos, y pudieron ver que la planta ya no estaba: personal del Departamento de Parques y Jardines de la municipalidad de Valparaíso la había cortado, ya que como lo habían determinado días antes, no tenía salvación.

Para los transeúntes, que temían que pudiese caerse arriba de algún vecino, fue un verdadero alivio, aunque lamentaron que la planta no tuviera los cuidados necesarios para sobrevivir.

Se trata de un ejemplar de "Palma Canaria", cuyo nombre científico es "Fenix Canariensis", especie que no está protegida y que es de fácil reemplazo.

Respecto a las causas de la muerte del ejemplar, especialistas del Jardín Botánico de Viña del Mar explicaron que seguramente sola se dobló para evitar tocar los cables del tendido eléctrico que pasan por encima de ella.

Además, la falta de riego también habría influido en su muerte, ya que los propios vecinos señalaron que mucha agua no recibía.

En todo caso, este tipo de palmeras se puede reemplazar fácilmente y requieren el mínimo cuidado para sobrevivir y crecer, aseguran los expertos.

Los 'Barbones' y su lucha contra los delincuentes

Cuidan a sus clientes de los constantes robos en el sector de calle Serrano, en pleno Barrio Puerto. Aseguran que tienen bates en caso de emergencia.
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Matías Valenzuela

Hace dos meses y medio, se instaló el restobar "Barbones" con una sucursal en plena calle Serrano, y en su corta existencia han tenido que armar un plan de seguridad para personal y clientes, todo eso, para protegerse de los constantes robos del sector.

El local original se ubica en pleno centro de Viña del Mar desde hace dos años, conviviendo en un barrio totalmente distinto al de su contraparte porteña, donde han tenido que convivir con los robos y lanzazos tan comunes de las cercanías de la plaza Echáurren.

El jefe de local, Jorge Ottermann, cuenta que "se ven constantemente los lanzazos, robos, manotazos; todos robos por descuidos, y son siempre los mismos tipos, siempre".

El locatario explica que "hay un grupo de dos tipos y dos mujeres. Le hacen creer a la gente que son pareja, van dos por cada vereda. El de acá le dice desde el otro lado a qué persona robar".

Protección

Ottermann cuenta que han debido tomar medidas extras para proteger a sus clientes, y al mismo tiempo al personal del restaurante, por ejemplo, en el turno de noche se preocupan de que ningún trabajador se vaya solo. A los comensales les sugieren que tomen un Uber o Cabify.

"A nosotros no nos han robado mucha gente, aunque igual hemos pillado a varios. Acá somos hartos hombres igual. Cuando partimos a remodelar se metieron, se llevaron algunas cosas pequeñas, pero ahora tenemos un nochero. O sea, hay guardias en la semana, y en las noches un rondín. Si no fuera por eso, se meterían a cada rato", advierte el comerciante y reconoce que tienen guardados unos bates de béisbol en caso de que sean necesarios.

"Los tenemos en caso de emergencia, no los hemos ocupado. A los delincuentes que hemos pillado, los retenemos hasta que lleguen Carabineros. No le hemos pegado a nadie, se los reduce, y retiene hasta que llega Carabineros. Después a ellos mismos se les ve a los dos días, hasta han amenazado de muerte a varios de los cabros que trabajan acá", se lamenta.