La famosa y trágica historia de 'el buitre'
La célebre foto, ganadora del Pulitzer, retrató la hambruna en África en la imagen de un niño desnutrido y una intimidante ave carroñera.
Fotos famosas han surgido desde 1826, en París, cuando Joseph Nicéphore Niépce, científico amateur, desde la ventana de su habitación, obtuvo en 8 horas y 20 minutos la primera fotografía conocida, aquella que trataba de conseguir desde 1793, con series innumerables de pruebas.
En los '50, Marilyn Monroe se hizo inmortal posando en la rejilla del metro. Cierta o falsa, en 1934 apareció la posible primera fotografía de Nessie. Y hay más, como la niña en llamas de Saigón, de 1970, o The Beatles pasando por el paso de cebra de Abbey Road, en 1969.
Pero pocas -o ninguna- fue la cuna de una historia más aciaga y con más controversia que la imagen llamada "El buitre", del reportero sudafricano Kevin Carter.
Carter nació en Johannesburgo en 1960. Partió su carrera con 23 años en La Estrella de Johannesburgo, donde fotografió a civiles en Soweto, poblado cercano, en medio de una interminable cadena de guerrillas. Poco a poco comenzó a viajar fuera de Sudáfrica retratando diversos conflictos humanos y sociales. Hasta que en 1993 se encontraba en Sudán, al sur de Egipto, buscando buenas imágenes que tomar en aldeas de familias hambrientas, pero apoyadas por la ONU, específicamente en Ayod.
El 11 de marzo de aquel año, casi exactos 25 años atrás, fotografió a Kong Nyong, un niño desnutrido que defecaba agachado, probablemente producto de una infección estomacal. Detrás de él, un buitre parecía observarlo. Carter quería una escena mejor, dijo, con el buitre abriendo las alas. Pero el animal se mantuvo intacto, hasta que -de acuerdo a la posterior versión del fotógrafo- el niño se levantó y se retiró caminando.
El Pulitzer Maldito
La fotografía fue publicada el 26 de marzo de ese año por el New York Times, y Carter, gracias a la imagen, obtuvo el máximo galardón que puede ganar un reportero: el Premio Pulitzer.
Pero una serie de cuestionamientos surgió a partir de esos hechos. Muchos de éstos, sustentados en un rumor infundado: el niño había muerto, entre ése y varios otros buitres lo habían devorado y Kevin Carter no había hecho nada al respecto, salvo hacerse famoso al presionar un botón.
También se dijo que Carter había ocupado la secuencia como ícono de la izquierda comunista en el mundo, pues el buitre era el capitalismo, el niño Kong era el hambre y la pobreza, y el fotógrafo representaba a una indolente sociedad que observaba pero nada hacía al respecto.
No sólo la crítica periodística pulverizó su humanidad sin la más mínima misericordia, sino que la sociedad en general, estigmatizándolo como un monstruo que dejó morir a un niño a cambio de un poco de fama.
Carter insistió por todos los medios en que el niño no había muerto y que muy cerca de él estaban tanto su tribu como los miembros de la ONU, que les brindaba alimento. Y como prueba de ello mostraba la muñeca derecha de Kong, en la que se destacaba la pulsera de inscripción como receptor de cuidados de salud y alimentos por parte la ONU.
Un año después, y dos semanas tras recibir el Premio Pulitzer, Kevin Carter se suicidó inhalando monóxido de carbono, dejando una nota que en algunas partes decía "estoy deprimido, sin teléfono, sin dinero para el alquiler ni dinero para mis hijos. Estoy atormentado por los recuerdos vívidos de los asesinatos y los cadáveres… ver morir de hambre o los niños heridos… he ido a unirme con Ken, si tengo suerte", agregó en referencia a Ken Oosterbroek, su mejor amigo y también periodista, asesinado tres meses antes, cuando fotografiaba un tiroteo en Johannesburgo.
Nadie sabe exactamente qué lo llevó a tomar esta decisión, aunque la combinación entre la depresión que arrastraba desde la adolescencia, los prejuicios de la crítica tras su afamada fotografía y la pena tras la pérdida de su gran amigo, parecen hacer sido un cóctel suficiente.
Kong Nyong
En efecto, con el tiempo se demostró que el niño de la foto no estaba siendo asediado por el buitre. Fotógrafos españoles que hicieron una secuencia similar al mismo tiempo que Carter, pero desde otro punto, aseguraron que el animal se posó en la zona porque la ONU y la Cruz Roja regalaban comida en ese instante, y esperaban -como hacían cada vez que se ejecutaba dicha acción- comer de las sobras.
En 2011, casi dos décadas después, un equipo de investigadores viajó a Ayod y pudo constatar que Kong Nyong sobrevivió a esa hambruna, pero falleció en el 2007 producto de la fiebre provocada por un agente viral desconocido.
25 años han pasado desde la imagen que condenó a su autor, Kevin Carter
Por Néstor Flores F.