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Los grandes pecados del talquino

Errores que a la postre significaron una crisis deportiva muy aguda. En su paso por el Puerto, Córdova enlodó su chapa de "técnico del futuro".
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N. Arancibia/M. Gómez

"Esperamos, en el más breve plazo, contar con las personas adecuadas para liderar el plantel profesional en la operación retorno", fueron parte de las escuetas palabras con la que Rafael González, timonel wanderino, se refirió a la búsqueda de un nuevo técnico que pueda limpiar las profundas heridas internas con las que hoy cuenta el Decano, y que sobre todo, logre imponer una mano que carezca de los grandes pecados que Nicolás Córdova cometió en sus cerca de 10 meses al mando de los caturros.

Un estilo desfavorable

El mismo estratega lo confesó en su primera conferencia de prensa del 2018. Durante sus primeros meses al mando del Decano, el talquino intentó hacer un fútbol que poco y nada tenía que ver con la idiosincrasia de los porteños. Al momento de darse cuenta de su error, también notó que no contaba con los jugadores para poder enmendar un camino que acabaría en el máximo de los desastres.

El descenso

Aún con números a su favor al momento de asumir, Nicolás Córdova perdió la pequeña, aunque a la postre significativa, ventaja que tenía sobre Palestino en la tabla acumulada. En cancha, sus pupilos no mostraron el hambre necesaria y no ganaron cuando debieron hacerlo a los mismos árabes y posteriormente a Unión la Calera. Una vez consumada la pérdida de categoría, el talquino debió dimitir.

Infierno playanchino

Los Panzers y el fuerte viento de Playa Ancha, han convertido históricamente al estadio de Valparaíso en una fortaleza difícil de conquistar. De alguna forma, el joven adiestrador convirtió esto en una desventaja, ganando apenas dos de 16 partidos en el Elías Figueroa.

Refuerzos

Una de las grandes diferencias que Córdova tuvo con su antecesor, Eduardo Espinel, es que contó con una billetera un poco más holgada a la hora de poder elegir a sus refuerzos. Salvo honrosas excepciones, el talquino no supo escoger bien a los hombres que llegarían hasta Valparaíso, siendo el caso de Luis Felipe Pinilla, el más simbólico. El joven delantero formado en Universidad de Chile llegó desde Iberia hasta Santiago Wanderers, donde casi no ha jugado.

Errores evitables

Más allá de los errores normales que se pueden cometer en el fútbol, Córdova cometió errores que eran sumamente evitables. El más simbólico de ellos, fue perderse el que fue su último partido, en el cual no pudo dirigir desde la banca debido a negarse a dar una conferencia de prensa.

deportes@estrellavalpo.cl