Nicolás Arancibia Bórquez
El ambiente estaba completamente distinto en los alrededores del Elías Figueroa Brander. El hincha wanderino llegó contento hasta el coloso playanchino a sabiendas que un hombre conocido y querido como Moisés Villarroel, se sentaría por primera vez en el banco del Decano. Dicha algarabía duró más allá de los 90 minutos del lance, puesto que Santiago Wanderers evitó conseguir el triste récord de no vencer durante un año como local por torneos domésticos luego de doblegar por la cuenta mínima a Unión San Felipe.
El cotejo estuvo lejano al buen fútbol, pero sí tuvo un aliciente que desde el primer minuto llamó la atención de los fanáticos. Los jugadores porteños corrieron y 'se mataron' por cada uno de los balones divididos, lo que por momentos fue un analgésico a la carencia de ideas en cancha, y que acabaron comprobando una teoría que muchos ya se estaban imaginando: de la mano del histórico capitán wanderino, el que no corre, no juega.
El gol verde
Corrían 18 minutos de partido, y salvo un par de frías aproximaciones, ninguno de los dos equipos generaba mayor peligro de gol. Manuel Villalobos, quien fue la punta de flecha del ataque verde, se las ingenió para darle un pase con el pecho al venezolano Reiner Castro, quien intentó hacer daño por el sector derecho. Tras encontrarse con el muro de la defensa aconcagüina, la pelota le quedó nuevamente al centrodelantero ex Deportes Iquique, quien con más fortuna que intención, le dio un puntazo a la redonda que le quedó servida y con ventaja a Matías Fernández. El canterano, con la frente en alto y ante la salida del meta sanfelipeño, definió con seguridad y desató la algarabía de las más de 7.000 personas que llegaron hasta el recinto para ver el debut de Villarroel como estratega caturro.
Tras la conversión del "7" de los verdes, el equipo entendió que era más importante asegurar los tres puntos y no "comer vidrio", como se señala en jerga futbolera. Bajo ese escenario, comenzó a trasladar el balón con paciencia de costado a costado esperando encontrar un hueco que le permitiese enhebrar una nueva chance de gol. Los forasteros, en tanto, mostraban y poco nada sobre el césped, donde lo que más logró destacar de su performance fueron sus propios errores al momento de despejar el balón o de ceder a sus compañeros.
Expulsión y fin
Para terminar de sentenciar la pésima tarde de los Valle del Aconcagua, Emmanuel Pío le dio un pisotón en el pecho a Adrián Cuadra, lo que le valió ser expulsado del lance a los 73' minutos de partido, propiciando que Wanderers terminara de dejar de preocuparse hasta el pitazo final.