Copa en mano en la fiesta más popular de la región del Maule
Unos 230 mil visitantes llegaron a la celebración de la vendimia de Curicó, donde los amantes de los mostos disfrutaron de la gastronomía, música y tradiciones de esta zona huasa del país.
Vendimia es la época de cosecha, de tender el puente entre los dioses y el hombre o sencillamente sinónimo de alegría... son las acepciones antiguas y modernas para definir esta fiesta que en Chile, donde según dicen se hallan los mejores vinos del mundo, tiene miles de seguidores.
Esta celebración en los campos criollos se desarrolla entre febrero y abril. Una de las más relevantes y la más antigua es la de Curicó en la región del Maule, que se realizó el penúltimo fin de semana de marzo, y a la que por gentileza de Sernatur Maule asistimos junto a otras 230 mil personas.
Fueron cuatro días de festejo en el escenario de la bella Plaza de Armas curicana, donde las obras de arte se conjugan con una atractiva vegetación, y la que usted puede conocer detalladamente con tours guiados gratuitos que se ofrecen en la Casa de la Cultura.
Fue la versión N° 32 de la idea que partió en la familia de la conocida viña Miguel Torres, y que ahora organizan el municipio y la Ruta del Vino de este prestigioso valle. Participan viñas como Altacima, Aresti, Correa Albano, Las Pitras, Echeverría, San Pedro, Millaman, Miguel Torres, Requingua, Valdivieso y José Puertas. Otras invitadas son Sangría Ole, Sangría Castello, Korta Wines, Apaltagua y Casa Guell, quienes instalan sus stands en la manzana y reciben a los consumidores que previamente adquirieron sus tickets a precios accesibles para degustar las cepas tintas, blancas y espumantes de varietales, reserva, gran reserva y premium, botellas que no se hallan en supermercados, ni tiendas especializadas...sólo en la vendimia.
Aparte de los mostos hay un sector con sorprendentes cervezas artesanales de la zona, las que también acaparan la predilección del público más juvenil, sobre todo para los días veraniegos que se resisten a marcharse. Empanadas, anticuchos, sandwiches, almuerzos menús, pastel de choclo, quesos, tratas curicanas, dulces, mermeladas, forman parte de la prolífica y necesaria gastronomía para que las copas no lo pillen volando bajo.
En cuanto a distracciones, hay muestras de artesanía y juegos infantiles; venta de algodones, globos, remolinos, y de fondo la música de organilleros, conjuntos folklóricos y los tradicionales bailes de los chinchineros, que acaparan las miradas de grandes y chicos.
Como en otras partes del país, se mezclan entre los vericuetos de la plaza y sus calles aledañas los migrantes. Familias de haitianos, colombianos, dominicanos, venezolanos, entre otros, pasean animadamente comiendo y degustando sus copas, admirando las tradiciones campestres de sus anfitriones.
En las jornadas nocturnas la plaza se hace estrecha, es dificultoso caminar porque la gente llega en masa a beber, comer, escuchar música, reír y bailar con artistas nacionales e internacionales.
Los Vásquez y Pimpinela son de los más populares para esta versión que tuvo como país invitado a Singapur. La nación trajo una muestra artística y participó con una delegación en el evento mas esperado: la competencia de pisadores de uva.
El equipo oriental derrochó entusiasmo, pero quedó último de los seis equipos, donde el premio mayor fue para los trabajadores de la viña Correa Albano, que llevan varios años consagrándose como campeones. Tiene la fórmula para ganar a sus rivales, que incluye coordinación, fuerza y destreza de sus integrantes, que danzaron por cinco minutos arriba de la cuba para 48 litros de jugo de uva. Se llevaron un cheque por medio millón de pesos. Le siguieron las viñas Las Pitras y Requingua, mientras que la reconocida Miguel Torres una vez más quedó rezagada.
Otra atracción para la gente es el pesaje de la reina de la vendimia. En este caso la bella joven Ignacia Rivera fue puesta en la balanza artesanal de madera, y su peso fue equivalente al de 53 botellas de vino que se llevó para su casa, para satisfacción de su familia, amigos y conocidos.
En el escenario principal autoridades e invitados alabaron las bondades de esta generosa tierra. "Esta fiesta que partió al principio un poco elitista y que nosotros la transformamos en una fiesta popular que tiene vínculos con la comunidad y la ciudadanía", señaló el alcalde curicano Javier Muñoz.
El popular animador Francisco Saavedra fue el encargado del pregón del vino. Copa en mano hizo un repaso de su historia en su ciudad natal, que además lo nombró Hijo Ilustre.
Para Iván Damino, seremi de Economía del Maule, la fiesta de la vendimia es una plataforma muy importante para el desarrollo del turismo. "Es de las más importantes a nivel nacional, atrae a mas de 200 mil personas. Queremos coordinarnos con municipios aledaños a Curicó para promocionar los destinos turísticos, conocer sus ofertas y apoyarlos desde la Seremi y Sernatur para potenciar estos proyectos".
Su primera vendimia tuvo la recién asumida subsecretaria de Turismo, Mónica Zalaquett. "El vino es un producto reconocido a nivel mundial, nuestros productos están muy bien posicionados en más de 150 países. El enoturismo se ha vuelto un atractivo turístico, la gente quiere venir a conocer nuestras viñas donde nacen estos sabores que exportamos al mundo. No queremos sea solo un atractivo para los habitantes y lo extranjeros, sino que una de las metas de los próximos cuatro años es que los chilenos conozcan más nuestros maravillosos rincones", enfatizó la autoridad, antes de brindar con los asistentes desde una fuente que alberga 200 litros de una aromática cepa de esta tierra pródiga, que aguardará con paciencia otra vuelta al sol para rendir pleitesía al néctar de los dioses.