Enfermedad celíaca: adiós al gluten del trigo
Comer una marraqueta humeante y calientita con mantequilla es un placer que pocos pueden aguantar a la hora del desayuno. Pero ese deleite está vedado para cerca del 1% de la población del país que padece de celiaquía. Para ellos, el simple acto de comer algún producto que contenga gluten puede gatillar desagradables síntomas.
La enfermedad celíaca se caracteriza por el desarrollo de una inflamación intestinal frente al contacto con proteínas de granos como trigo, cebada y centeno. Este problema genera una mala absorción de nutrientes a nivel intestinal que se produce por el daño en las vellosidades del intestino delgado cuando se ingiere gluten.
Catherine Soto, médico gastroenterólogo de la clínica Bupa Reñaca, recalca que aún no existe respuesta para la causa de esta enfermedad, pero "sí sabemos que existe una predisposición genética (...) hay genes que te predisponen a hacer la enfermedad, pero los factores desencadenasteis durante la vida no están muy claros", señala la especialista.
Se debe considerar que si familiares directos como un padre, tío, abuelo o primo tienen esta patología, existe una mayor probabilidad de desarrollarla.
A modo de precaución, aunque no está del todo probado, se recomienda que los niños no comiencen a ingerir a una edad precoz productos derivados del trigo. Esto, indica la especialista, porque "hay una hipótesis que dice que la exposición temprana al trigo podría ser una de las razones. Por eso que como médicos recomendamos siempre que los niños no coman pan antes del año, ni fideos. No se ha logrado demostrar, pero se sugiere que sea así".
Difícil diagnóstico
es importante asumir también que la cellisquea se puede presentar a cualquier edad y no es tan sencilla de diagnosticar. Esto ocurre, indica Paulina Hernández, nutricionista y jefa del programa 'Vivir Bien' de Sedoso Servicios, "porque tiene muchas formas y síntomas que pueden asociarse a otra condición, pero siempre debemos estar atentos a la posibilidad de la existencia de ésta en nuestros pacientes".
Dentro de los síntomas están tener una diarrea persistente; estentórea (deposiciones con grasa que flotan en el agua); dolor abdominal recurrente; meteorito (gases excesivos); desnutrición que se acompaña de diferentes carencias y que se producen por la mala absorción intestinal de nutrientes como grasas, hierro, fosfato, calcio y vitaminas; en las mujeres, retraso de la pubertad, con retardo de la menarquia (primera menstruación), infertilidad y abortos repetitivos; además de otras señales frecuentes como fatiga muy manifiesta, depresión, irritabilidad y otras alteraciones sicológicas.
Muchas personas asimilan la reliquia con la intolerancia al gluten, pero eso es totalmente erróneo porque no es lo mismo. A diferencia de la enfermedad celiaca, la intolerancia es una reacción causada por un alimento que contiene gluten, pero que no afecta al sistema inmune ni causa daños en los tejidos, y cuando se presenta, los exámenes para determinar la celiaquía resultan negativos.
Por lo complejo de detectar la enfermedad, Soto señala que ante cualquier sospecha de tener la enfermedad la persona debe realizarse un examen de sangre. A través de éste se puede detectar, dice la profesional, "una molécula que se genera por la exposición del gluten en el intestino que empieza a circular, y que nosotros llamamos anticuerpo".
No obstante, aquella prueba de sangre en algunos casos no es concluyente, ya que incluso teniendo todos los síntomas el paciente puede tener el anticuerpo negativo. Entonces, indica Soto, se hace una biopsia del intestino, la que se toma mediante una endoscopía.
Punta del iceberg
La enfermedad tiene un foco de acción que es el intestino pero se transforma en patología sistémica, recalcan las profesionales, ocasionando que varias zonas del organismo se vean afectadas, "Siempre se ha enfrentado como un iceberg la enfermedad celíaca, porque si empiezas a indagar la enfermedad ha generado un montón de deterioro en el paciente", recalca la gastroenteróloga.
Una muestra de las nefastas consecuencias es lo que puede ocasionar en la infancia, una etapa donde si no es tratada genera efectos permanentes durante el resto de la vida. "Es bastante complicado en la niñez porque en el fondo genera cosas que son irreparables, como que el niño no alcance su talla (...) Eso es bien crítico porque si no le aportamos los nutrientes, si no detectamos la enfermedad en su momento, genera este daño que es irreparable. Por ejemplo, el niño en vez de llegar a medir un metro setenta, como su papá, llegará a medir un metro 55".
Cuando se está en edad reproductiva, no poder tener hijos a causa de este problema es otra gran preocupación. Esto ocurre porque "todo lo que tú absorbes pasa por el intestino, tú tienes niveles de hormonas, de proteínas, microelementos, todas esas cosas tienen que orquestar de forma perfecta para que el cuerpo pueda tener una función perfecta. Si dejas de absorber nutrientes se afecta todo, el pelo, la fertilidad, el estado de ánimo, la depresión también puede ser causada por una enfermedad celíaca no detectada", detalla Catherine Soto.
Sin gluten
La única forma de sobrellevar esta patología es tener una dieta libre de gluten a lo largo de toda la vida. Seguir este estilo de alimentación sin gluten permite que la inflamación intestinal desaparezca y así se recuperan las vellosidades intestinales y las funciones de absorción del intestino. De esta manera disminuyen las complicaciones derivadas por la mala absorción de nutrientes y las reacciones inmunocelulares que generan daños en otros órganos del cuerpo.
El médico deberá proporcionar por algún tiempo, suplementos alimentarios, vitaminas y minerales durante las fases iniciales de la recuperación. Luego sólo es necesario mantener una dieta libre de gluten de por vida.
Los pacientes que tienen esta enfermedad generalmente optan por consumir productos alternativos que se asemejan a los que habitualmente contienen gluten. Generalmente éstos son mucho más costosos, lo que constantemente es objeto de debate en Chile. De hecho, históricamente los celíacos han exigido una ley que los ampare. Con ello buscan, entre otros puntos, que se regularice la venta de productos sin presencia de gluten, ya que estos incluso triplican el valor.
La gastroenteróloga reconoce que el inconveniente del precio de los productos es un problema difícil de abordar, pero a la vez insta a que los pacientes opten por alimentos menos procesados. "Yo creo que depende del tipo de alimento que quieras consumir, porque si te dedicas a tener una dieta basada en proteínas animales, si te gusta comer la carne, pollo y pescado, y comes fruta y verduras, tienes todo lo que necesitas", señala Soto.
Para la profesional, es trascendentalgenerar cambios en los hábitos alimenticios, que va de la mano además con dejar de lado las costumbres que están arraigadas en nuestro país.
Una de ellas es comer, casi de manera obligada, pan durante el desayuno, la once o, incluso, en la cena. "Lo que pasa es que estamos acostumbrados desde siempre a comer el pan. Nuestra forma de alimentarnos tiene muchos hidratos de carbono, entonces, por eso que es tan difícil para una persona que no fue celiaca decirle, por ejemplo, después de los treinta años, que lo es", señala la profesional.
Desde esa mirada, agrega Soto, "uno tiende a decir: '¿con qué pancito puedo reemplazar al que comía antes?', y ese pan que reemplaza es el caro. Pero se podría vivir perfectamente, por ejemplo, sin el pancito que reemplaza al pan batido. Los alimentos elaborados con algún tipo de harina son más caros que el pan, pero podrías vivir perfectamente comiendo otras cosas sin recurrir a estos derivados de harinas especiales".
Esta patología se mantiene durante toda la vida y la única forma de evitar sus molestos síntomas
es siguiendo una dieta estricta.
Mirian Mondaca Herrera
salud@estrellavalpo.cl