Niños fallecidos en incendio del C° Toro fueron sepultados ayer
Rodrigo (3), Anthony (1), y la abuela de ambos Jaqueline (52), fueron despedidos ayer acompañados de más de 500 personas en el cementerio de Playa Ancha.
Cuatro de la tarde del viernes 20 de abril y el Cementerio Número 3 de Playa Ancha se aprontaba para una de sus jornadas más tristes: más de 500 personas, muchas de ellas transportadas en buses y colectivos, avanzaban con globos blancos y celestes, mientras los boleros choros eran entonados a todo pulmón.
Todos aquí están en señal de respeto. De luto. Es el "hasta pronto" que resuena al eco de los hermanitos Rodrigo Ramírez (3), Anthony Ramírez (1) y la abuela de ambos -quien los cuidaba el día de la tragedia-, Jaqueline Villarroel (52) que en la madrugada del domingo pasado fallecieron a raíz de un voraz incendio en un inmueble de tres pisos ubicado en cerro Toro y que conmovió no sólo a Valparaíso, sino al país.
El hecho además dejó al tercer hermano, Alexandro, de 4 añitos, en estado grave en la UCI del hospital Carlos van Buren.
Funeral
Han pasado apenas unos días de la catástrofe. Ana Alvear, 'Anita' para sus cercanos, es la madre de los niños. Saca fuerzas de donde no la hay, ya en el camino al sepelio: "Esto es muy fuerte, no quiero hablar...".
Pese al dolor, más adelante se animará a las últimas palabras ante los suyos: "El cielo está de fiesta. Siempre nos dieron lo mejor. A mis hijos, el 'negrito cara de palta', y al Anthony, les doy las gracias por habernos elegido como sus padres", dijo Anita.
A su lado, la contienen en la emoción sus familiares. También amistades y vecinos que se multiplican en los pésames. Hay desmayos. También una bengala que suena casi tan fuerte y entonada como la melodía de Los Chuchos de Valparaíso que acompañan el entierro. O la arega al Santiago Wanderers.
Carlos, con guitarra en mano, rememora aquellos momentos en que festejaban junto a Jaqueline Villarroel en fiestas al patrimonio del Puerto. "Ella era especial, todos éramos muy cercanos. Una gran persona", desliza en un alto con este medio.Todos recuerdan con afecto y cariño a estos seres que ya no están presentes en cuerpo. "Sí en alma", menciona Sandra, cercana a la familia y que bajo los anteojos de sol asoma aquella pena imposible de describir.
Recuerdos a piel
Mauricio Hohmstron, vecino y "muy cercano" a Jaqueline, nos comenta que la abuelita de los niños, a los 13 años ingresó al circo Timoteo. Allí era contorsionista y bailaba con el ula-ula, siempre con la sonrisa y gracia a flor de piel. "Era una artista destacada, de la época en que el Timoteo iba a los cerros...".
Mauricio prosigue su relato en tono pausado y con aprecio: "Jaqui era muy conocida porque ayudaba mucho a la comunidad en su cerro Cordillera, allí donde tenía su restorán Los Cotetos. Era de buen corazón, espontánea, generosa. Por eso la gente la quería mucho".
Un hombre a la fe emite un breve discurso: "La última despedida. Que el espíritu vuelva a Dios. El alma ahora de estos tres seres está descansando".
Jessica Accinelli es la abuela paterna de Rodrigo, Anthony y Alexandro. No se despega de ella Guillermo, el abuelo, que declina a unas palabras. Jessica observa. Nos comenta a lo imposible: "A mi negro lo crié yo. Era muy juguetón. Los hermanitos vivían conmigo. En la semana se quedaban con nosotros. Los fines de semana iban donde la abuela. Agradecemos a toda la gente que nos acompañó en este triste momento".
Pese al dolor del momento, aún hay fe en Jessica: "Alexandro, mi nieto, salió del estado grave, aunque lo volvieron a operar. Yo me haré cargo. ¡Queremos lo mejor para él!".