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La difícil misión de repoblar de erizos las caletas de la región

Un proyecto presentado hace unos días pretende transferir conocimiento y tecnología, a los pescadores, sobre esta materia. Estos agradecen la preocupación sobre el futuro del rubro.
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Sebastián Mejías O. - La Estrella de Valparaíso

Hace unos días fue inaugurado en la antigua ballenera de Quintay el proyecto llamado "Innovación social y tecnológica para impulsar la acuicultura a pequeña escala en caletas rurales", que desarrolla la Universidad Andrés Bello con aportes del Gobierno Regional de Valparaíso. Su objetivo es aumentar la competitividad de las caletas de pesca artesanal de la Región de Valparaíso, a través de la transferencia tecnológica de producción de semillas de erizo rojo (Loxechinus albus) a los pescadores, con la finalidad de aportar al desarrollo de la acuicultura a pequeña escala en las áreas de manejo, destinadas a la explotación del producto.

Fueron los presidentes de los sindicatos de las caletas de Quintay, El Quisco y Laguna Verde, quienes firmaron el acuerdo de colaboración con la Universidad Andrés Bello para el desarrollo de ésta iniciativa. Luego René Barros, pescador artesanal e histórico dirigente de la caleta de Quintay, se dirigió a la audiencia y habló especialmente a sus colegas, indicando la importancia de continuar la labor en el mar, de incluir a nuevas generaciones, de continuar educándose y diversificando: "Si hoy en día no somos capaces de diversificar y nos vamos a dedicar a un solo recurso, es mejor que los pescadores se vayan para la casa, tenemos que ver el horizonte y pensar en las nuevas generaciones".

Pescadores representantes de tres caletas en la región, Laguna Verde, El Quisco y Quintay, serán aquellos que reciban de primera mano los conocimientos aprendidos en todos estos años de experiencia que la universidad tiene en este sector de investigación, en el trabajo con erizos. Para ellos este esfuerzo verá su triunfo más importante en el desarrollo de la sustentabilidad.

Cuando se le pregunta, por ejemplo, al presidente del sindicato de Laguna Verde o al de Quintay, Franco García y Javier Álvarez respectivamente, dijeron que el conocimiento que aprenderán durante los doce meses en los que se extenderá el proyecto, lo utilizarán para regenerar el producto y no explotarlo hasta agotarlo. Para estos hombres de mar, que se iniciaron en el rubro cuando tenían doce años, de lo que se trata es de pensar y meditar sobre el pan para hoy, hambre para mañana.

Organización

Javier Álvarez dijo que si bien llevan trabajando con la universidad Andrés Bello en una serie de otros proyectos, sobre jibia o seguridad de balsas por ejemplo, esta vez se trata de algo mayor, que viene a protegerlos de la sobre explotación y a avanzar en la diversificación de las caletas. "Hoy día no estamos utilizando, al menos nosotros como Quintay, el 100% de la explotación del erizo que permite el área de manejo, porque tenemos la necesidad de garantizar el producto a largo plazo, así que con esto podremos hacerlo, pero a la vez estaremos creando conciencia para todos", sostuvo.

Pensando en la extracción de otras especies, como la merluza, Álvarez se muestra crítico con "la actual ley de pesca y con el arrastre que termina por desechar todas las merluzas pequeñas que saca, porque simplemente no sirven". También este pescador critica a su mismo oficio, el del artesanal, por el uso de un arte de pesca- que es el tamaño de captura de las redes- que atrae únicamente a peces jóvenes.

Son varios los pescadores que creen que el oficio del artesano del mar va a la baja, sin embargo, saben que el truco para que las caletas no mueran es la organización. Así lo cree Franco García de Laguna Verde, quien señaló que las caletas "que están organizadas, yo creo, pueden subsistir bien, pero los que han sido más dejados, les cuesta más".

Ahora allá en Laguna Verde no sólo explotan lo clásico, sino que se diversificaron a la lapa, el huiro, el erizo o el loco. En Quintay este mismo proceso les permitió atrapar merluzas de hasta tres kilos, tres kilos y medio, con un arte de pesca del orden de las tres pulgadas. Eso significa que un cajón lo llenan con cuatro docenas del ejemplar, que se vende a un precio más alto, que al capturar micro merluzas.

Director del proyecto

Juan Manuel Estrada, director del proyecto agradeció al Gobierno Regional de Valparaíso por haber confiado en la UNAB para desarrollar este proyecto e hizo una exposición sobre los alcances esperados. El Dr. Estrada comenzó su exposición explicando los atributos del erizo rojo, destacando que es uno de los invertebrados marinos más importantes en términos de volumen de desembarque para los pescadores artesanales, sólo superado por la jibia y que es explotado sólo por la pesca artesanal.

"El objetivo principal de este proyecto es incrementar la competitividad de las caletas rurales y semiurbanas de pesca artesanal de la Región, a través de la transferencia tecnológica asociada a la producción de semillas de erizo rojo para el desarrollo de la acuicultura a pequeña escala en áreas de manejo" indica el Dr. Estrada. Esto incluye optimizar las tecnologías de producción de semillas de erizo rojo, diseñar una estrategia de transferencia tecnológica y empaquetamiento de la tecnología de producción de semillas, para el desarrollo de la acuicultura a pequeña escala en áreas de manejo y finalmente transferir la tecnología de producción a las caletas de Quintay, El Quisco Y Laguna Verde. Más tarde, la idea es que se incorporen otras diez caletas de la región de Valparaíso.