Estudios y estimulantes: una mezcla peligrosa
Los jóvenes los usan para mantenerse alerta, pero pueden tener graves consecuencias en quienes los emplean.
F otocopias, libros, archivos en el computador... no importa cuál sea el formato, éstos son acompañantes frecuentes en la vida de todo estudiante que haya pasado por la universidad, el o un centro de formación técnica.
Cuando se es nuevo en la carrera y existe la presión por rendir o se está en etapa de exámenes, no es extraño que los alumnos recurran a maratónicas jornadas de estudio. Generalmente, la noche es un horario habitual para esta práctica. Y es entonces cuando aparecen la cafeína, las bebidas energéticas y los famosos estimulantes cerebrales.
Peligros
Javier Bravo, director en la región de Valparaíso de la Sociedad de Farmacología de Chile y docente de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, advierte que -en general- los estimulantes tienen el riesgo principalmente de desarrollar conductas adictivas en quienes los ingieren. Ese riesgo, indica, "va a depender un poco de la susceptibilidad de la persona y también del fármaco que se esté consumiendo. Por ejemplo, hay algunos estimulantes que podrían generar mayor frecuencia cardíaca y, por lo tanto, si esa persona tiene hipertensión podría provocar una crisis".
Si el consumo es excesivo y sostenido en el tiempo, ese riesgo también podría aparecer en alguien que no tiene antecedentes médicos.
Más usadas
El Mentix es uno de los fármacos más empleados por los estudiantes. Contiene modafinilo, una droga que se utiliza para la fatiga crónica. Sobre éste, indica el profesional, "tiene un efecto estimulante, pero la verdad que ese efecto estimulante hace que la persona quede despierta y alerta por un buen período de tiempo, pero no garantiza que durante ese período de tiempo donde se está estudiando genere consolidación. Por lo tanto, eso que está estudiando no es garantía de que se le quede en la cabeza". Aquello provocará que la persona tenga la sensación de que estudió mucho, pero eso tal vez no se refleje en el rendimiento académico.
En el caso de las bebidas energéticas, el problema es que tienen demasiada cafeína y eso puede tener repercusiones también a nivel cardiovascular. "Más que la cafeína, también la cantidad de azúcar podría en el tiempo contribuir al desarrollo de enfermedades metabólicas, como diabetes", detalla Bravo.
Por su parte, el Ritalin (metilfenidato) tiene una acción similar a la anfetamina y está comprobado que tiene un efecto adictivo, mediante el cual las personas comienzan a tener dependencia y, por lo tanto, se vuelven adictas a estas sustancias. Además, como es un fármaco similar a la anfetamina, va a tener efectos a nivel sistémico y cardiovascular.
Estas drogas son efectivas para las afecciones para las cuales se recetaron, recalca el bioquímico. Ese estado de alerta no significa que se va a tener mayor retención y se va a aprender. "Si el día de mañana se me pregunta en la prueba, por ejemplo, algo aplicado, no voy a tener el efecto que yo quiero", recalca Bravo.
Consejo
El profesional recomienda generar un hábito de estudio que le permita al alumno aprovechar bien el tiempo. "En mi quehacer como profesor, observo que el estudiante en general calienta las pruebas a última hora, pero si va estudiando semana a semana, incluso durante las sesiones de clases, es muy probable que no tenga la necesidad de pasar la noche en vela para poder preparar una prueba", indica.
"Si se dedica una o dos horas después de una sesión de clases, por ejemplo, a repasar la materia, cosa de llegar a la sesión siguiente con preguntas que el profesor le pueda responder, estoy seguro de que podría tener un mejor rendimiento. Si el foco del estudiante es aprender, se va a dar cuenta que las notas van a pasar a segundo plano porque las van a ser buenas. Generar un hábito de estudio que se ajuste a lo que se está aprendiendo es lo adecuado", finaliza.
Mirian Mondaca Herrera
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