Manuel Gómez Poblete

No es muy común que finalizado un partido, los dos técnicos (del local y la visita) se manifiesten "indignados" con lo mostrado por sus respectivos jugadores. Y algo de aquello pasó ayer en el Municipal de La Pintana, ya concluido el pleito en donde Wanderers -jugando muy mal, para ser sinceros- se impuso por la cuenta mínima al humilde Municipal Santiago en el estreno de ambos por la Copa Chile 2018.

Y es que por un bando, Luis Pérez Franco, el joven entrenador de los capitalinos, reprochaba en gruesos términos a sus jugadores por el "haberse descuidado en el minuto 89 de partido", cuando el empate en blanco... ya estaba casi sentenciado. Y diez metros más allá, en el otro vestuario, Moisés Villarroel recriminaba a los suyos, por la liviandad y falta de actitud con que muchos de sus jugadores tomaron el partido ante un rival de la Tercera División.

MALITO, de principio a fin

En lo futbolístico, muy poco es lo que se puede rescatar de un pleito en donde Wanderers, como elenco profesional y de dilatada historia en el fútbol chileno, tenía toda la responsabilidad ante un rival novato, humilde e inexperto en estas lides como Municipal Santiago. Y si bien los caturros se presentaron con varios suplentes y/o jugadores que habían sumado pocos minutos en la Primera B, las diferencias que existen -y debieran existir entre uno y otro- no se manifestaron por culpa de la desidia o desinterés con que Wanderers se tomó el partido.

Salvo por el despliegue de Cuadra, el empeño de Villalobos y la actitud del meta Castellón, que evitó lo que hubiese sido un histórico tanto de Cristopher Veloso a los 15', lo de Wanderers fue un suplicio para los poco más de 500 hinchas que llegaron al recinto de La Pintana. Jugadores como el "Hormona" Gómez, al igual Valenzuela y Cerezo (quien incluso se hizo expulsar) justificaron su suplencia, mientras que los jóvenes William Gama y luego Gabriel Rojas, no fueron aporte ante un rival que sólo con orden y mucho empeño, complicó a los caturros. Así las cosas, el golazo de Mario López a los 89' (que la clavó arriba... en un ángulo), sólo fue un oasis en un pleito que también se vio empañado por la actitud de un centenar de hinchas caturros, quienes, ingresaron "a la mala" al recinto deportivo, derribando un portón de acceso y luego saltando las rejas, cuando el partido ya llevaba 26 minutos de juego.

Enviado especial a La Pintana