Fue la madrugada del domingo cuando se le perdió la pista a Nicolás Vallejos Hiriart, de 23 años, cadete de la Escuela Naval de Valparaíso que participaba de una fiesta en la discoteca "Stingray" de Viña del Mar junto a otros dos compañeros de escuela.

A eso de las 5.00 de la madrugada del domingo el joven se comunicó con su familia e informó que pronto volvería a su casa y que se encontraba con amigos no pertenecientes a la institución, sin embargo, nunca volvió.

De inmediato su familia inició una frenética búsqueda junto a Carabineros, Investigaciones y personal de la Armada la que trajo frutos ayer cuando se encontró al joven sano y a salvo en Santiago.

A través de twitter, la Armada informó que "el Cadete Nicolás Vallejos Hiriart, quien se encontraba extraviado, logró ser ubicado en buenas condiciones de salud en la ciudad de Santiago. Se agradece el apoyo y esfuerzo de toda la comunidad que colaboró en su búsqueda".

Como un "problema de comunicación" calificó el hospital de Quilpué lo acontecido con Fernanda Sandoval, la mujer de 25 años que acusó al centro asistencial de no permitirle acceder al aborto por segunda causal, lo que terminó en una traumática experiencia.

El doctor Javier Pérez, director del centro asistencial señaló que en el establecimiento hay médicos que tienen documentada su objeción de conciencia, como también hay otros que están en condiciones de aplicar el aborto en 3 causales.

El médico asegura que la afectada llegó al hospital con viabilidad fetal que evoluciona de manera desfavorable y "se inicia la interrupción del embarazo una vez que el feto estaba inviable. Posteriormente ocurre la expulsión de restos ovulares en la habitación".

"Hubo un problema de comunicación que estamos analizando y esperamos poderlos corregir para evitar futuras situaciones", señaló.

Sandra Sandoval quedó embarazada con un dispositivo intrauterino, lo que generó un embarazo de alto riesgo. Llegó al hospital con una viabilidad del 18% y asegura que se negaron a practicarle el aborto por la segunda causal.

Carla Olivares Rojas

Sandra Morales es amante de los animales y a diario pasea a dos perros de sus vecinos, "lo hago hace un año y medio más o menos. Lo hago porque me gusta, por deporte, es una ayuda mutua", reconoce la mujer que vive en el sector de Jardín del Mar, en Reñaca.

Pero lo que le sucedió el pasado miércoles estaba lejos de todo lo que ella tenía planificado. Ese día hizo su recorrido habitual con "John" y al caminar por calle Marsilia se encontró con tres perros que la intentaron atacar. Como ella ya había sido mordida antes, acostumbra a salir con un bastón de bambú para ahuyentar a los perros. Movió el palo y así logró zafar.

"Seguí con el recorrido, dejé al 'John' en su casa, dejé la correa y el bastón en mi casa y salí a buscar al dueño del perrito porque encontré peligroso que estuviera en la calle. Cuando me voy acercando a la casa, se me acerca uno de los perritos que se me había acercado antes, me ladró y lo espanté, pero no me alcanzo a dar vuelta cuando veo al otro perro que también me había intentado atacar antes, viene rajado y sin mediar aviso, me mordió la pierna, ni me ladró", relató la mujer.

El brazo

Sandra Morales comenzó a gritar y a tirar patadas para que el perro la soltara, lo logró, pero 'Renzo' volvió a la carga.

"Yo respiré de alivio cuando me soltó, pero volvió, por suerte que volvió por el lado derecho a la hora que lo hace por el otro lado, me mata (tiene un problema de visión en su ojo izquierdo). Se me fue encima y yo levanté el brazo y ahí fue donde me mordió y me dejó las heridas más graves", relató.

No sabe en qué momento el perro la soltó y huyó, gritó lo que más pudo y un vecino la ayudó. Luego salió el dueño del perro la llevó a la clínica donde le pusieron ocho puntos en su brazo derecho.

Demanda

La afectada ahora interpondrá una demanda para asegurarse que los gastos médicos en los que ha incurrido y los que probablemente necesitará más adelante, sean cubiertos por el responsable de tener a sus canes sueltos en la calle sin ningún tipo de sujeción.

Por su parte la junta de vecinos iniciará una campaña activa para que los vecinos se preocupen del control y paseo de las mascotas. "La campaña que tenemos es para que los vecinos que pasean a sus perros limpien las fecas, ahora nos vamos a enfocar en que no estén sueltos solos, que sean pasados con correas y pediremos ayuda al municipio para que se fiscalice ese tema", dijo Fernando Gaete, presidente de la junta de vecinos.