Mirian Mondaca Herrera
Una investigación chilena en la que participaron una veintena de científicos, liderados por el Dr. Andrew Quest, director del Centro de Estudios en Ejercicio, Metabolismo y Cáncer (CEMC), llegó a la conclusión que algunos fármacos antineoplásicos, destinados a combatir tumores malignos, podrían generar el efecto contrario, lo que llevaría a promover la invasión de células malignas y el desarrollo de metástasis.
El trabajo de los investigadores se ha extendido por más de 15 años y permite observar un conjunto de procesos y mecanismos implicados en el progreso del cáncer. Tras los análisis realizados se logró detectar que algunas drogas como Methotrexate y Etoposide, que son empleadas habitualmente en pacientes con cáncer, al ser aplicadas ahora en líneas celulares de laboratorio y en bajas cantidades, generaban el incremento de una proteína llamada caveolina 1 (CAV1). Esta juega un rol clave en promover la migración e invasión de células malignas. Este descubrimiento, a juicio de Quest, implican un cambio en la forma de mirar y analizar los efectos secundarios de las drogas contra el cáncer, por lo que con esto se podría explicar por qué en algunas ocasiones los tratamientos fracasan. El líder de la investigación recalca que, "tomó muchos años de trabajo y pensamos que tendrá gran impacto y repercusiones en la comunidad científica y médica".
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La investigación llevada adelante por el equipo, se realizó en base a cuatro líneas celulares humanas distintas cultivadas en laboratorio. Tres de estas correspondían a cáncer de colon y una a cáncer de mama. En todas ellas se presentaban cantidades muy bajas de caveolina. Sobre el proceso, Quest detalla que, "una por una hicimos tratamientos con los diferentes fármacos y lo que vimos es que tras agregar estas drogas, generalmente por 24 a 48 horas, se generaba un aumento en la cantidad de caveolina en estas células, lo que favorecía a la agresividad de las células de cáncer".
Estos experimentos fueron comprobados en ensayos in vitro demostrando que efectivamente las células malignas migraban e invadían más. Por otra parte, indica el investigador, "también hicimos algunos ensayos en ratones para mostrar que en la célula tratada con la droga había mayor capacidad metastásica". Bajo este escenario, los estudios sugieren que "los tratamientos antineoplásicos pueden inducir todo lo contrario a lo que uno quiere", explica.
El director del CEMC señala que cuando se realiza radioterapia o quimioterapia para achicar un tumor, y luego practicar una resección y posterior tratamiento, hay casos en los que, lamentablemente, el cáncer no se erradica, sino que se vuelve más expansivo. Este proceso también podría tener su explicación, entre otros factores, en el hecho de que "el mismo tratamiento antineoplásico estaría favoreciendo la expresión de caveolina e induciendo a la dispersión de las células".
Quest explica que la caveolina actúa como supresor de tumores en etapas tempranas de la enfermedad, mientras que en escenarios avanzados, como un detonador de metástasis. El rol dual de la molécula muestra que en los inicios del cáncer su presencia tendría un efecto positivo en la salud, ayudando a inhibir el crecimiento de tumores. Sin embargo, algo sucede en esta molécula que finalmente estimula el proceso contrario cuando el cáncer está más avanzando. Según Quest, esto ocurre debido a un proceso de modificación de la caveolina en un aminoácido llamado tirosina-14 -por fosforilación-, luego de lo cual se promueve procesos de señalización celular que favorecen la migración, invasión y metástasis.
Proyección
El también académico de la Universidad de Chile explica que cuando existen este tipo de tumores en humanos, las terapias con drogas citotóxicas se realizan dentro de un rango de dosis equilibrada y en períodos más prolongados que en un laboratorio. Los investigadores escogieron utilizar dosis más bajas y en concentraciones que no mataron a las células tumorales. Además, aplicaron los productos en tiempos más reducidos, entre 24 y 48 horas, y utilizaron seis tipos de fármacos, siendo dos de ellos, los que más promovieron el aumento de caveolina: Methotrexate y Etoposide.
DR. ANDREW QUEST.
A raíz de una investigación, se logró determinar que los medicamentos produjeron un aumento de la proteína caveolina, implicada en la migración e invasión de células malignas. Eso sí, advierten que las terapias con drogas citotóxicas se realizan dentro de un rango de dosis equilibradas y en períodos más prolongados que en un laboratorio.
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Ahora, el equipo de trabajo está concentrado en lograr inhibir el lado negativo de la caveolina, con lo que se podría desarrollar una potencial herramienta para tratar el cáncer.