En los últimos días hemos conocido las situaciones aberrantes que vivieron Sophie y Ámbar, quienes a su corta edad conocieron el maltrato brutal, la desprotección y el abuso extremo, con resultado de muerte.
Mucho se ha dicho en Chile acerca de la magnitud del problema de la infancia, la falta de políticas públicas intersectoriales consistentes y lo urgente que es dar con una solución efectiva.
Lamentablemente, y desde hace varios años, los casos siguen y siguen, evidenciando una infancia vulnerada, problema que atenta contra nuestra sociedad completa y que deja de manifiesto las profundas deficiencias del sistema de protección chileno a los niños en riesgo.
La extensión del mal causado, obliga a enfatizar la necesidad de una perspectiva ecológica que conceptualice la infancia como una prioridad en un sentido concreto, incluso presupuestariamente hablando, que incorpore estrategias de prevención y promoción, así como la profesionalización de los servicios con monitoreo constante de las prácticas de quienes intervienen, evalúan, asesoran y asisten en la toma de decisiones al sistema judicial y que, en definitiva tienen en sus manos también la protección de niños, niñas y adolescentes.
Ana María Salinas
Psicóloga y directora Servicio de Psicología Integral, sede Santiago
Facultad de Psicología UDD