El ambicioso proyecto que busca repoblar el plan porteño
Si se llega a concretar esta puesta en valor de los edificios patrimoniales, el casco histórico pasará de los 3 mil habitantes a más de 30.000.
Sebastián Mejías - La Estrella de Valparaíso.
La recuperación del casco histórico de Valparaíso- tanto en barrio Puerto como en Almendral- es un deseo buscado hace mucho tiempo, tomando en cuenta que se cumplieron quince años desde que la ciudad fuera nombrada Patrimonio de la Humanidad. Los tantos proyectos imaginados- de los cuales pocos terminaron por materializarse- se remontan a cuando el plan de la ciudad se despobló y sus habitantes migraron hacia las comunas del interior, a Placilla o a Concón. Fue la época en que el Barrio Puerto, en su área central desde la Plaza Wheelwright a Sotomayor- encarnó la metáfora de abandono, que comenzó a extenderse por el resto de la ciudad.
Los que saben del tema, dicen que "buena parte de esos proyectos no pensaron en el desarrollo más que en la ganancia económica, dejando de lado la perspectiva humana, que pone a las personas y a su identidad en el centro de las transformaciones". Desde la Corporación La Matriz, en conjunto con las cuatro más importantes escuelas de arquitectura que hay en la comuna, además de otros tantos actores, quieren de una vez por todas concretar la tan perseguida revalorización del casco histórico.
En el Almendral- desde la avenida Francia hasta la avenida Argentina y desde Errázuriz hasta Colón- pasó lo mismo que en el Barrio Puerto: abandono progresivo y edificios patrimoniales subutilizados.
Gonzalo Cowley es el coordinador general de este proyecto que busca rehabilitar estos inmuebles y que en su primera etapa tiene un plazo de dos años. Cuenta que en ambos sectores se contabilizan cerca de 1700 edificios, entre comerciales, servicios, viviendas, bodegas, entre otros.
Piensa Cowley el proyecto como una "solución de confianza", "en donde los actores públicos, privados, académicos y de la sociedad civil- donde se incluyen a propietarios y residentes- converjan en torno al casco histórico de la ciudad. Eso para promover inversión, recuperación de inmuebles, regeneración de barrios, repoblamiento y activación de la economía local en torno a la identidad de Valparaíso".
Plan despoblado
Entre las zonas de conservación histórica en Barrio Puerto y Almendral viven actualmente cerca de tres mil personas. Es por eso que tomando en cuenta la densidad y el número de hectáreas disponibles, los expertos coinciden en que es una cifra baja que podría aumentar, rentabilizando los edificios, de la mano de la recuperación del espacio público.
"Porque no basta con dejar un edificio espectacular, si lo que hay alrededor no conversa con él", sostiene Cowley, enfatizando que de lo que se trata en el proyecto que lidera, es "de informar a los inversionistas de que sí existen formas de habitar y rentabilizar sus propiedades".
Cuatro son las facultades de arquitectura que deberán ponerse de acuerdo para materializar los objetivos del proyecto, entre ellas, está la escuela de la Universidad de Andrés Bello, encabezada desde hace diez años por el profesor Juan Mastrantonio. Para este académico si el plan de Valparaíso hoy día se encuentra deshabitado y abandonado no es porque las construcciones hayan envejecido, sino porque representan una necesidad para siglos anteriores.
"Hay que intervenir unos lugares que eran útiles para el Valparaíso viejo y hacerlos útiles para el Valparaíso de hoy. Eso es lo que hay que hacer, nada más", dice. Puede parecer una idea muy sencilla, en cuanto al papel, pero ¿por qué esa solución no se había aplicado hasta hoy? Para este arquitecto la respuesta se fundamenta en que "los propietarios no son conscientes de que ese cambio les traerá un beneficio".
La centralidad del problema está dada porque los propietarios de estos edificios antiguos le tienen miedo al cambio o, como dice Mastrantonio, "miedo a que la transformación y adaptación al nuevo Valparaíso resulte ser más cara que la retribución final".
Nueva arquitectura
Como uno de los arquitectos y académicos más prestigiosos de la región de Valparaíso- y también como fundador de importantes movimientos ciudadanos- Mastrantonio cree que la "clave para el cambio y reactivación comunal va de la mano con el desarrollo de una arquitectura distinta, que piensa la rentabilidad en términos más complejos que la pura ganancia económica".
Agrega que "aquí hay otra manera de diseñar: con arquitectos que buscan la rentabilidad de los inversionistas, pero también buscan la rentabilidad social, humana e identitaria en sus proyectos", asegura, para así "transformar lo máximo, tocando lo menos posible".
Falta por saber ahora cuáles serán los cambios que sufrirá la arquitectura antigua de la ciudad y que será lo que terminará por atraer, nuevamente, a aquellos que la dejaron atrás.
Entre los edificios que están en el catastro de patrimonialidad y que podrían llegar a ser intervenidos por el proyecto están, como ejemplo, el Edificio Ross Santa María, en la calle Bustamante del Barrio Puerto o el edificio de los Estibadores. Ambos se han quemado varias veces, víctimas de lo que en términos arquitectónico se entiende como "subutilización", es decir, cuando sus propietarios actuales no saben cómo ponerlos en valor y tampoco nadie los asesora.
Mastrantonio cree que dicha situación pasa, porque "no hay una cultura inmobiliaria que rehabilite estas construcciones viejas, además de que las actuales inmobiliarias se dedican a hacer construcciones nuevas". Entre esas construcciones viejas se distingue entre edificios de equipamiento- o de servicios- y los de vivienda, en ambos casos se encuentran trabajando los arquitectos vinculados al proyecto de la Corporación La Matriz.
Al menos ya saben cuáles serán los edificios que experimentarán intervenciones, partiendo de un diagnósticos general, en donde el problema- vuelve a aparecer la palabra- es la subutilización, o cuando grandes edificaciones no son utilizadas en toda su capacidad.
El proyecto se puso como misión, entonces, pasar de "tener construcciones en donde la primera planta ofrece servicios a medias, la segunda tal vez sea para viviendas, no siempre, y la tercera planta está abandonada, a tener construcciones que ofrezcan en su primera planta buenos servicios y hacia arriba, ampliable hasta al menos una quinta planta, lindos departamentos".
Si se concreta la idea, el sector del Almendral que hoy día cuenta con más o menos 2.800 habitantes, podría llegar a albergar a unos 20.000. Mientras que en el sector central del Barrio Puerto, donde hoy día viven unas 800 personas, se extendería a más de diez mil.