Matías Valenzuela
Utilizaron sus bastones, su oído mejorado y sus manos para palpar la ciudad. Con la ayuda de su guía pudieron apreciar la belleza de los ascensores, los cerros célebres y hasta el clima de la Ciudad Puerto; fueron porteños por un día.
Los estudiantes de enseñanza básica del colegio Santa Lucía, de La Cisterna, participaron en una lúdica actividad desarrollada por la compañía turística Patatour: una caminata por Valparaíso para niños con discapacidad visual.
Viajaron en trolebús, abordaron el ascensor Reina Victoria, caminaron por los cerros Alegre y Concepción, además de conocer la Caleta Portales.
Los pequeños guiaban su paso con su bastón y no tenían ninguna dificultad para atravesar veredas, escaleras y subidas de los enrevesados cerros porteños.
En el ascensor Reina Victoria se mostraban algo nerviosos, cuando caminaban por el boulevard de restaurantes del cerro Alegre, varios hicieron notar el aroma que podían percibir. Cebolla, pan tostado y ajo, fueron algunas de las notas que, sólo los niños, pudieron identificar. A medida que se alejaban del plan, hacían notar lo silencioso de los cerros.
Algunos tanteaban con el pie el suelo, cada vez que entraban en paseos de adoquines, y los más audaces se agachaban para tocar el suelo con sus propias manos.
Fabián Díaz, el guía turístico a cargo de la actividad explicó que "la idea es mostrarles la ciudad desde otro punto de vista porque estos chicos tienen otras formas de percibir, con el tacto o con el oído. La gente piensa que el turismo sólo se puede ver con los ojos, por eso nosotros hacemos este tipo de actividades".
Respecto del trabajo con los niños, Fabián contó que es un ejercicio muy enriquecedor. "Tuvimos que adaptar el trabajo, los niños son muy despiertos y son bastante obedientes, ellos ponen mucho más atención porque necesitan escuchar todo", dijo.