Familias y personajes llegaron a ver el desfile del 21 de Mayo
Santiaguinos, mascotas y hasta un olmueíno que decía ser el "verdadero Presidente de Chile", fueron algunos de los presentes en esta 139° conmemoración del Combate Naval de Iquique y Punta Gruesa.
Día de las Glorias Navales en Valparaíso. En Cochrane con Urriola, Aquiles Pizarro Ponce se acomoda una banda presidencial y dice: "En el 2010 tenía 35 años para postular a senador y Presidente de la República. En 2016 cumplí 40 y desde entonces soy el Presidente más joven de Chile. El problema es que en este país nadie le ha dicho a Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique que yo tengo el cargo".
Las personas que lo escuchan lo miran con asombro. Todas están conscientes de que el actual Presidente de Chile está encabezando el desfile en la Plaza Sotomayor y que, en los próximos minutos, ofrecerá un discurso en el que homenajeará a los héroes del Combate Naval de Iquique. Por eso, nadie se explica de dónde salió este hombre de ojos azules, pelo con gel y zapatos empolvados.
"Él está ocupando mi cargo público. Se lo he dicho a senadores, diputados, le he mandado cartas a la Presidencia y a todas las Fuerzas Armadas, pero no me han hecho caso. ¡Yo soy el verdadero Mandatario!", insiste Aquiles Pizarro Ponce.
No los convenció
El hombre, que anda con una bolsa llena de documentos, comenta que es oriundo de Olmué y que sólo en esta comuna le han reconocido el cargo. Luego, como intentando convencer a los presentes, expresa: "No me comparo y nunca me voy a comparar con Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, a quien nombré ministro del Interior. Pero todos deben saber que él me está usurpando con su fotografía y que tengo muchas cosas que hacer. Como darle educación a los jóvenes como corresponde, aumentar las pensiones asistenciales e implementar la cadena perpetua para todos los violadores, pedófilos y abusadores de niños".
La gente no se ve muy convencida, pero se ríe y aplaude sus buenas intenciones. Aquiles Pizarro Ponce se despide llevándose la mano a la frente y se va por Errázuriz. "Me quiero acercar a las autoridades", dice.
Un poco más arriba, casi llegando a Prat, Betsy Gallardo se luce con una nueva adquisición: una radio parlante que tiene bluetooth, linterna, usb, y un micrófono inalámbrico de cintillo. Con este aparato, la porteña inventa gritos para vender sus variados maníes a $500.
"Me lo compré ayer (domingo) sólo para llamar la atención. Generalmente me instalo en el consultorio del adulto mayor en Colón, pero ahora estoy aprovechando el desfile y me ha ido súper bien. La gente se acerca sola", dice.
Omar Ramírez, su acompañante, destaca la iniciativa de Betsy: "La verdad es que nos ha funcionado. Lo que más hemos vendido ha sido el maní confitado". Luis Hernán, un vendedor de Súper 8, se acerca y se presenta como "el último chileno" que vende estos confites. "Andan como tres haitianitos ofreciendo lo mismo, pero yo los vendo más baratos", dice riendo.
Familiares desfilan
A las 11.00 de la mañana, Mauricio Guzmán y su hijo Jesús se instalan en la calle Prat para ver desfilar a Matías, su otro hijo cadete. Contento, comenta que el viaje se ha vuelto una tradición hace 3 años y que es una buena excusa para compartir con la familia.
"Estamos esperando que el Matías pase para saludarlo. Es una satisfacción enorme y es una fiesta. Estamos celebrando el Bicentenario, así que tiene doble sentido estar acá. Feliz de ver la ciudad, pasear, el entusiasmo de la gente, todo lindo", dice.
Su hijo Jesús, que tiene 11 años y sufre del síndrome 9p-, el cual consiste en una anomalía en el cromosoma 9, se muestra alegre y entusiasta. No habla, pero con su gorro marinero se mueve al ritmo de la música de un organillero y asiente que está feliz de ver a su hermano.
El organillero, que se llama Juan Loyola, está con "Cuky", su lorita de 6 años. Los niños la acarician y le piden a sus papás que les compren las pistolas que hacen las burbujas más grandes.
"Todos los años vengo al desfile y es bonito lo que se forma. Apenas me instalo y coloco la música, la gente reacciona y se acerca a mirarme. Es asombroso, porque quedamos pocos y estamos manteniendo una tradición", dice.
Según Loyola, en Valparaíso están quedando 7 organilleros, los cuales además de vender juguetes y tocar su música, ofrecen las tarjetas de la suerte con sus loros. "Nuestra tradición es que el lorito saque una de las tarjetitas que fueron escritas por personas sabias hace más de 100 años. Yo las voy a buscar a Santiago y la traigo para la gente de acá", explica.
Esta tarjetita trae un mensaje sobre el futuro y cuesta $1.000. "Yo llegué hace unos 10 minutos y una persona ya pidió su tarjeta de la suerte", comenta el organillero.
Mascotas presentes
Además de la lorita, otra de las atracciones entre los que esperan que parta el desfile, es "Cocón", un perrito que pertenece a la Quinta Compañía de Bomberos de Valparaíso. Francisco Donoso, el porteño que lo anda trayendo, dice que es adoptado y muy cariñoso. De eso no quedan dudas, puesto que a cada persona que se le acerca, el perrito le hace una gracia con sus patas y cola.
Gisseth Alvear, quien vino con su familia desde Villa Alemana, dice que no conoce a nadie de los 2.279 que desfilan, pero que todos los años disfruta el 21 de Mayo. "Es una costumbre venir y se nota que hay más gente que años anteriores. La preparación también ha sido distinta porque todos los días estaban ensayando los marinos. Mi pareja desfila en Iquique y me gusta la Armada", dice junto a su prima.
Los únicos que se muestran un poco bajoneados son los huasos José Ibáñez, presidente del club Osmán Pérez Freire; Hernán Berríos, asesor, y Leonidas Donoso, encargado de llevar la chicha. ¿La razón? ya no pueden desfilar con caballos. "Esta tradición viene de hace 50 años y la acogida de la gente es bonita. Lo que la ha opacado es que ya no pasa gente de a caballo por distintos problemas. Hoy también se presenta el aniversario de la Marina Mercante, entonces hay más discursos y hay poco tiempo para andar en los caballos", explica Hernán Berríos.
"La autoridad viene con el tiempo justo, el desfile tiene que ser media hora y a nosotros nos dan 10 minutos no más. Antiguamente nos daban todo el tiempo del mundo", acota José Ibáñez. Hernán Berríos, agrega: "Nosotros siempre dijimos que no veníamos a ver al Presidente, sino que veníamos rendirle honores a la Armada, pero se acortó el tiempo".
Leonidas Donoso, en tanto, recuerda que "en esta fecha estamos rindiéndole honores a Prat, pero también al triunfo para Chile en la batalla de Punta Gruesa. La gente se acuerda de los que murieron, pero no se acuerdan que en esta batalla se dejó fuera de combate a la nave más grande que tenía Perú y que gracias a eso se logró la captura del Huáscar".
A las 12.10 horas comienzan los 21 cañonazos de salva y se procede a la colocación de ofrendas florales por parte de las principales autoridades del país. Acto seguido, el Presidente Piñera ofrece un discurso patriótico en honor al Bicentenario de la Armada. En tanto, el comandante en jefe de la Armada, almirante Julio Leiva, rinde honores a la conmemoración 139 del Combate Naval de Iquique y Punta Gruesa.