De vender sushi en el metro a emprendedor top
Maikel Mundaca cuenta su apuesta: abandonó la carrera de trabajo social, compró los primeros ingredientes con la tarjeta Junaeb y hoy cuenta con 18 personas a cargo.
Dejó sus estudios de trabajo social para comenzar de cero en un nuevo rubro. Y como ex estudiante tuvo que sacarle provecho a los escasos ingresos que poseía para comenzar a emprender.
Empresa familiar
Trabajo en equipo
Su único capital de ese entonces era la tarjeta Junaeb. Con ella comenzó a comprar los ingredientes para elaborar los hand-rolls que posteriormente vendía en el metro. Imagen que aún se mantiene muy presente en Maikel Mundaca, protagonista de esta historia. "Antes trabajé repartiendo sushi en otro negocio, pero todos los reclamos que se hacían me llegaban a mí, por ser el repartidor. Entonces, empecé a ver muchas falencias en el trabajo y a darme cuenta que se estaba haciendo mal. Con mi polola de ese tiempo, que sabía algo de sushi, me dijo que porqué no hacíamos los nuestros para vender y como ella también estudiaba, juntamos las Junaeb de los dos y compramos todos los ingredientes en el súper para ofrecerlos en el tren".
Pero no fue fácil. Maikel confiesa que "la primera vez vendimos solo una colación, así que nos fuimos para la casa y probamos los sushis para ver si estaban malos o buenos. Llamamos a un amigo para que nos enseñara a hacerlos mejor y nos dijera las técnicas de preparación, como avinagrar el arroz y otras cosas. Fue ahí que nos dimos cuenta que la gente no le iba comprar a Maikel o a Susan, que es mi pareja, sino que le iba comprar a una marca".
Eso fue el año 2013. Hoy, ese emprendimiento tiene nombre y apellido. Con más de 12 mil likes en su fanpage y con 18 personas contratadas, Retrosushi se ha convertido en unos de los "deliverys" predilectos del sushi villalemanino. Pero el camino de este emprendimiento no ha estado exento de tropiezos, porque abandonar una carrera al cuarto año para apostar por algo nuevo siempre trae sus riesgos.
Al respecto Maikel comenta que "empecé trabajando en la casa de mi viejo. Él nos prestaba la cocina y mi hermana contestaba los pedidos, porque yo con mi polola no podíamos hacer todo, no nos daba el tiempo. Así estuvimos un buen tiempo hasta que esto empezó a crecer. Pero mi papá no quiso recibir a más gente extraña en la casa, así que tuvimos que migrar a la de mi suegra, ella nos arrendó su estacionamiento y nosotros lo acondicionamos".
Retrosushi cuenta actualmente con un equipo de 18 personas entre maestros de cocina, repartidores y administradores. El negocio goza de impecable salud y el clima que se vive diarimente es uno de los puntos que más enorgullece a Maikel. "La gente que trabaja conmigo siempre me recalca que el ambiente laboral es muy grato y que este clima es difícil de encontrar en otro lado. Acá se trabaja en equipo. La persona que quiere trabajar con nosotros y que en el fondo quiere salvarse solo o que no quiera recibir consejos, no va con el perfil nuestro", concluye Maikel Mundaca.
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