Priscilla Barrera Ll.
Un ruido y una vibración constantes sienten a diario los habitantes de una de las pocas propiedades residenciales que quedan en 1 Norte -específicamente la casa signada con el 1501-, entre Los Castaños y el puente Alonso de Riveros.
Aseguran que la construcción de un edificio de departamentos los tiene al borde del colapso y viviendo lo que describen como el equivalente a seis terremotos grado 9 al día.
"Es terrible, si usted se fija, ni siquiera hay un cartel con el nombre de la empresas, hemos reclamado, pero no hay respuesta. La casa de mi sobrina ha sufrido daños evidentes, como trizaduras en ventanas y grietas en las murallas", detalló Andrea Arcaya.
La mujer de la tercera edad explica que hace dos años vive en la casa de su sobrina y que desde hace unos meses, con la demolición de las propiedades vecinas y el inicio de este proyecto inmobiliario, comenzó para ellos una verdadera pesadilla.
"El ruido es todo el día, incluso en la noche. Se supone que hay restricción de horarios para estos trabajos, pero yo he sentido martilleos a las 4 de la mañana. No tenemos privacidad tampoco, hemos perdido luz porque levantaron dos contenedores, uno sobre otro y eso impide el paso de la luz hacia la casa", añadió Andrea.
En un recorrido por la vivienda, ubicada justo al frente de la Shell de 1 Norte, se aprecia la existencia de algunas grietas superficiales en las murallas, una ventana con su vidrio trizado y uno de los tabiques que sostiene el techo del garage fuera de su lugar.
"En cualquier minuto se puede caer esta estructura sobre los autos", advirtió Andrea que sufre de hipertensión y un problema cardíaco.
La afectada reconoce que esta situación las tiene mal anímicamente, sin poder descansar adecuadamente y que no saben a quién recurrir para denunciar y que la empresa sea sancionada y rebaje los decibeles.
"Nos dicen que cuentan con los permisos y probablemente los tienen, pero aquí se debe fiscalizar que la empresa cumpla con los niveles y horarios permitidos", precisó.