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Hablan los expropiados de Pellé: "¡Lo perdimos todo por una plaza!"

Locatarios del sector reclaman no haber visto ni un sólo peso que compensara la inversión de su vida. En el lugar donde estaba los negocios hoy existe un espacio inutilizado.
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Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso

Luis Peña era uno de los dueños del restaurant-marisquería San Pedro, ubicado en la esquina de Pellé con avenida España, pero hoy día ya no tiene nada. Tras haber invertido más de treinta años de esfuerzo en ese emprendimiento, que se copaba cada fin de semana de turistas que visitaban la caleta Portales, su familia fue obligada a dejarlo todo a cambio de una plaza de adobe que, hasta hoy, no ha sido abierta y a la que Luis Peña considera como "sin sentido".

Entre bares estudiantiles, restaurantes, sangucherías y otros rubros, en total eran ocho los locales ubicados en ese sector que llegó a ser, hasta 2016, un importante polo económico para el sector. Comercios que habían funcionado por varias décadas, como el famoso Bar Ámsterdam, que debió cerrar abruptamente a través de una notificación de expropiación.

Pero los locatarios, es decir, los administradores del comercio, no fueron notificados sino hasta última hora, en enero de 2016, meses antes de que fueran obligados a salir. Mientras tanto, dice Luis Peña, del restaurant San Pedro, "varios años antes ya se estaban planificando los trabajos y los dueños del terreno ya negociaban con el Serviu el valor de la expropiación".

Los motivos

Lo que pretendía Serviu V Región al expropiar ese importante polo comercial "era solucionar la congestión vial, ejecutando un desnivel en las pistas centrales de la avenida España para permitir el libre flujo de los vehículos que van en dirección a Viña del Mar y para que los autos que se trasladen desde y hacia calle Pellé, pasen por la superficie", explica.

Fueron en total diez los lotes de terreno expropiados para la realización del proyecto, pagados por el Serviu en una cifra que superó los tres mil millones de pesos. La esquina de Pellé, sin embargo, contemplaba únicamente los lotes dos y tres, que eran también los que albergaban a buena parte del comercio. Éstos fueron tasados y expropiados por 800 millones de pesos.

Tres de los locatarios (del Ámsterdam, del Restaurant San Pedro y de la sanguchería Panchito) cuentan que si bien tenían conocimiento informal de lo que se pretendía hacer en esa esquina, no fueron avisados formalmente sino hasta tres años después, "y sin derecho a reclamo". Desde el Serviu, en cambio, afirmaron "que el proceso de expropiación comenzó una vez priorizado el proyecto y asignados recursos, no antes".

Expropiar por nada

Para no dejar a los locatarios con las manos vacías, y después de perder varios años de inversión, Serviu se comprometió, señalan, "a realizar reuniones de coordinación y exposición de los programas con Corfo y Sercotec, las cuales se materializaron con presencia de todos los locatarios de negocios".

Sin embargo, de los tres locatarios con los que pudimos conversar, sólo uno volvió a emprender -el dueño del Ámsterdam, que hoy está a cargo del Bar Pajaritos-, mientras que los restantes, dicen, "se quedaron solos".

Bessie Zárate, por ejemplo, de la sanguchería Panchito, dice: "Tuve que entregar toda mi maquinaria prácticamente gratis, por el apuro de la expropiación. Nadie del Serviu se preocupó de reubicarme, ni de colaborar conmigo en la búsqueda de otro local". Bessie Zárate se vio obligada a volver a su oficio de siempre, como trabajadora dependiente.

Ahora mira lo que era su local y sólo ve una plaza a la que considera " fea y sin sentido, nicho de delincuentes". Eso porque el proyecto que motivó las expropiaciones no se concretó, ya que el intendente de la época, Gabriel Aldoney, a inicios de 2017, decidió posponer la licitación y ejecución del proyecto, para centrarse en la reparación del pavimento en avenida España. Según indicaron desde Serviu, la obra actualmente figura en estado de ejecución.

Una PLAZA DE ADOBE

Se terminó de construir hace varios meses, antes de que el 2017 finalizara, y todavía está enrejada, lejos del acceso público. La plaza de superadobe causó extrañeza en las últimas semanas, "porque no se concibe que un proyecto que aparenta ser inútil -dicen los locatarios- haya reemplazado a una importante esquina para el comercio porteño".

Por eso, el ex dueño del Ámsterdam, Simón Arredondo, emprendió acciones legales contra Serviu, acto que fue secundado por otros locatarios. La fe que tiene no es mucha, "porque para mí la justicia es ambigua", pero está confiado de que, al no concretarse el proyecto original por el que tuvo que salir, "los locatarios recibiremos al menos una parte para compensar las pérdidas."

Las autoridades aún no se ponen de acuerdo: o el dueño del terreno paga a los locatarios o el mismo Serviu. El juicio de los afectados en busca de una reparación a los años de esfuerzo todavía está en trámite.