Manuel Gómez Poblete

En un mundial cargado a las sorpresas y en donde el campeón vigente... la Alemania de Joachim Loew, ya quedó eliminada, el siempre candidato Brasil puso las cosas en orden al imponerse por 2-0 a Serbia y con ello, adjudicarse el Grupo E de Rusia 2018.

En un duelo en donde los serbios eran precisamente la mayor amenaza para los dirigidos por Tite (ya que de vencer ayer en Moscú, se metían arriba en la tabla con seis unidades), fue el pentacampeón del mundo quien manejó las acciones, sin por ello, llegar a deslumbrar con su valorado "jogo bonito". Y si bien la tempranera lesión del lateral zurdo del Real Madrid, Marcelo, inquietó en algo a la verdeamarelha (lo reemplazó Filipe Luis a los 10'), los serbios -pese a su empeño- jamás se mostraron como un equipo capaz de dañar y/o vulnerar la portería defendida por Alisson.

Brasil en tanto, no se esmeraba mucho en ofensiva. El 0-0 los mantenía al tope, salvo en los instantes en que en la otra llave Suiza, le sacaba una mínima ventaja a la ya eliminada Costa Rica. En esos instantes, eran los suizos los que ganaban el grupo y obligaban a Brasil a enfrentarse a una envalentonada selección sueca en octavos de final.

Aquello hasta que el volante de contención Pauliho -ingresando al área como el mejor de los centrodelanteros- se anticipó al golero Stojkovic, para dejar las cosas 1-0.

El gol del volante del Barcelona tranquilizó a un Brasil que jamás puso en riesgo su victoria, ya que los serbios no tuvieron las armas como para emparejar la situación. Así las cosas, Neymar y compañía quisieron brillar con luces propias, en especial, pensando en el espectáculo que siempre exige la "torcida" brasileña.

Pese a lo anterior, el 2-0 no salió de una jugada asociada (como todos querían), sino que vino con un anticipo al primer palo de Thiago Silva, quien conectó de cabeza mientras Miranda y Mitrovic caían a su paso en el fragor de la lucha.

Tras el dos a cero, el partido quedó sellado como expresión de lucha y mientras los brasileños trataron de sumar a Neymar entre los anotadores, los serbios, ya resignados, repasaban en su mente que la clasificación se había perdido en el minuto final de la jornada previa, cuando cayeron con Suiza.

En esos mismos instantes, Costa Rica le arrebataba un punto a los suizos (igualaron 2-2) dejando a Suiza como rival de Suecia y a México como el adversario de Brasil en los octavos de final.

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