Attaque 77 y su regreso al Puerto
Doce años después del mítico show del Fortín Prat, la banda argentina se reencontró con su fiel público.
La lluvia obligó a cambiar el recinto. Originalmente, la tocata de Attaque 77 se iba a realizar en Quilpué, pero el show fue mudado a El Huevo de Valparaíso, a unos pocos metros de los punks de Bellavista.
Apenas pasaron las 23.00 horas cuando los primeros acordes de Espadas y Serpientes remecieron a las cientos de personas que asistieron al recital. Poleras negras y cervezas revolotearon entre las canciones de un show que se extendió por más de dos horas.
Paseando por los éxitos de toda su carrera, y una abundante cantidad de hits radiales, los trasandinos hicieron gala de sus 30 años de experiencia en los escenarios con un show redondo que no dejó a nadie inconforme.
Las canciones de las placas El Cielo Puede Esperar y Todo Esta Al Revés, encendieron a los asistentes que saltaron, corearon y cabecearon cada tema, cada acorde.
Algunos amagos de 'circle pit' desordenaban el centro del lugar, mientras Mariano Martínez regalaba quintas a lo largo del puente de su Gibson SG.
En el medley, Mariano, el líder del cuarteto trasandino (recordemos que Ciro Pertusi abandonó la banda en 2009) agradeció a los fanáticos por asistir al show a pesar del mal clima, y a ratos se veía sorprendido por la efusividad de la gente.
En cuatro ocasiones la banda hizo una pausa en su setlist para recibir peticiones de los fans, en un par de ocasiones subieron a los fans para que cantaran con ellos, aunque uno de los chicos sufrió un impasse al olvidar la letra de la canción.
El bis fue antecedido por una pausa de no más de un minuto, para rematar con las joyas: Arrancacorazones, Donde las Águilas se Atreven -la que fue coreada por el público incluso antes de que empezara el tema- y No me arrepiento de este amor, el famosísimo cover de Gilda.
Lo de Attaque 77 demostró que en Valparaíso, el Punk Rock no está muerto.