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Cecilia Gutiérrez y gestión de Sharp: "Me siento frustrada, engañada"

Justo cuando el Pacto La Matriz y el Frente Amplio -al que pertenece el alcalde porteño- se encuentran en una crisis política, la emprendedora y dueña del tradicional bar La Playa, hace una dura crítica del estado de la ciudad y de la dirigencia del edil, a quien respaldó hace dos años.
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Se autodefine como una "mujer campesina", pero lo cierto es que la emprendedora porteña Cecilia Gutiérrez hace mucho tiempo -cuando tenía apenas 16 años- dejó lo rural para instalarse en la bohemia de Valparaíso y dedicarse a dirigir algunos de los bares más tradicionales del puerto: el Roma, el Francia y quizás el más emblemático -y patrimonio de la ciudad-, La Playa, que lleva más de un siglo atendiendo a sus parroquianos y que, para ella, es parte fundamental de su vida: "He dedicado más de 20 años a hacer de ese espacio un lugar de encuentro de la gente, de los viejitos de Valparaíso, de la gente joven también", dice apenas comienza la conversación con Región F.

Gracias a sus emprendimientos, Gutiérrez no solamente ha logrado formar una pequeña fortuna, sino que también ha ganado carácter y fuerza, pues -según cuenta- no es fácil trabajar de noche y promover la vida social y el turismo en una ciudad que, a su juicio, ha quedado muy descuidada por las autoridades: "Es súper importante que la gente sepa que estamos solos, que las instituciones del Estado en realidad nos han dejado abandonados… Hoy ser patrimonio intangible es un título que no tiene valor para las autoridades", advierte.

Decepcionada

En eso, afirma, hay una gran responsabilidad del municipio y de su alcalde, Jorge Sharp, contra quien compitió en 2016, en las primeras primarias ciudadanas de Valparaíso y del país. Allí, Gutiérrez fue derrotada y luego se dedicó a respaldar -conforme al acuerdo que suscribieron quienes formaron parte del Pacto La Matriz- al actual edil, en su aventura por derrotar al "duopolio" de la Nueva Mayoría y Chile Vamos. Pero hoy, dos años después de ese triunfo, reconoce ser muy crítica con la actual gestión y con su manejo de los fondos fiscales.

"No tienen presupuesto para pagar fiscalizadores de noche y sin embargo, está la fiesta de los Mil Tambores. Entonces hay mucha incoherencia", advierte, pero además se lanza en picada contra algunos de los principales problemas que -a su juicio- complican a Valparaíso: los vendedores ambulantes. "Nadie controla nada", cuestiona y hace hincapié en que muchos locatarios de bares se ven enfrentados a la misma frustración, cuando ven que -además- los negocios irregulares van ganando espacio: fiestas o "after" clandestinos y lugares que no pagan patentes de alcohol, que no debiesen estar habilitados para funcionar de noche.

Pero su molestia es más profunda. "Me siento frustrada, engañada, porque dediqué un año de mi vida, bastante patrimonio personal, para ayudar a que Sharp llegue al poder", relata con frustración y continúa: "Sin embargo, él trajo a su gente del Frente Amplio. O sea, si tiene 90 personas en la Municipalidad, 70 no son de Valparaíso. No es que sea uno localista, ¿pero quién más que una persona que se educó en Valparaíso, que nació en Valparaíso, va a entender la realidad?"

Salgan a la calle

Cecilia Gutiérrez saca la desazón política que le genera el estado de la administración porteña hoy y concluye afirmando que "son círculos cerrados" los que dirigen el municipio. "Para que realmente se pueda generar un cambio ¡Tenemos que estar todos! Acá no tiene que haber el Frente Amplio, los DC, los UDI, no. Acá estamos todos".

Pero asimismo, recalca que lo que el puerto necesita son "autoridades que caminen", que no estén encerrados en una oficina y que vivan la realidad porteña en carne propia, lo que -a su juicio- no pasó con Sharp. "Caminar por la avenida Argentina, entender lo complicado que es caminar por la Plaza O'Higgins, conocer Aníbal Pinto de noche, ver el eje Bellavista lleno, ver que las viejitas ya no pueden ir a comprar tranquilas porque ya no pueden caminar por la calle", advierte.

Gutiérrez se lamenta también del estado actual en que se encuentra la infraestructura de Valparaíso, la falta de orden, la dejadez. Según relata, en su día a día camina por senderos sin cerámica alguna, calles llenas de hoyos y baches, rodeada de perros abandonados y basura tirada. "Yo soy muy crítica de la ciudad ¿Por qué? Porque me carga la gente que ve todo bonito ¡Si no está bonito!"

En eso no se pierde y admite -para terminar- que le tiene "mucha fe al intendente, Jorge Martínez", que fue su profesor en Derecho y al que -dice- admira, pues "él camina Valparaíso, lo vive, su mujer es emprendedora, así que yo creo que vamos por un buen camino. Me da lo mismo el partido político, lo importante es el trabajo", remata.