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Durante un año vendieron café en la calle y ahora tienen su propio local

Luis Gavilán y Nicolás Mancilla la hicieron: emprendieron con una propuesta amable y ahora triunfan en el cerro Concepción.
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Cinthia Matus O.

Todas las mañanas, en la esquina de Cochrane con Urriola, Luis Gavilán y Nicolás Mancilla se instalaban a vender café con un carrito que llamaban "El Mañanero". Al igual que otros ambulantes de Valparaíso, los dos trataban de ganarse el sustento trabajando en la calle, pero con una propuesta bastante inusual: ofreciendo descuentos de acuerdo a la cortesía del cliente.

"El café salía $2.000, pero si la gente lo pedía 'por favor' le quedaba en $1.500 y si nos daban las 'gracias', en $1.000. Eso es un refuerzo positivo para que la gente amable tenga un descuento significativo, y así se genere un movimiento de amabilidad y buenas costumbres en la ciudad", dice Luis Gavilán, quien es psicólogo de profesión.

De la calle a un local

Los emprendedores, que además regalaban entre 50 y 60 abrazos diarios, empezaron a hacerse conocidos y a proyectarse. "Los dos nos conocimos por motivos de emprendimiento. A mí me gustaba la temática del café y a Luis la creatividad. Así nació esta propuesta que buscaba alegrar a las personas día a día", comenta Nicolás Mancilla, quien es administrador de Negocios Internacionales.

"Nos empezó a ir bien y ahorramos absolutamente todo. A los 6 meses nos dimos cuenta de una segunda oportunidad de negocio, que era el turismo y empezamos a hacer tours, en donde donamos el 100% de las utilidades a instituciones que lo necesitaran, como Bomberos", acota Gavilán.

Con lo ahorrado, compraron una cafetería y al año de haber trabajado en la calle, se instalaron en el Pasaje Gálvez del cerro Concepción. "Lo interesante de esto es que la gente viene de distintos lugares porque hemos mantenido nuestras raíces del por favor y gracias", dice el psicólogo.

Durante la mañana de ayer, Robert, un turista de Georgia, Estados Unidos, visitó "El Mañanero". Sonriendo, dijo que le había gustado el lugar y que le parecían "interesantes" la carta y los sombreros. "Me gusta la calidez de este sitio y por supuesto, los descuentos. Yo dije por favor y gracias", expresó.

Luis Gavilán explicó que los sombreros estaban puestos en cada mesa por tres razones: para proteger del sol, para que la gente se vea cool y tenga likes en sus redes sociales y por la igualdad. "Acá vienen muchas personas y con el sombrero, independiente de su procedencia, todos son iguales", comentó.

La propuesta de estos socios, que se turnan para atender el café, también es inclusiva. "Apoyamos a los extranjeros dándoles trabajo. En este momento está atendiendo un peruano y un venezolano", dijo Luis Gavilán.