Claudia Carvajal R.
Diez mil viviendas. Eso es lo que necesita hoy Valparaíso para superar el déficit que la tiene en tercer lugar nacional en falta de soluciones habitacionales. Es una cifra alarmante y que para peor no se congela, porque crece y crece cada día, a la par que en distintas partes de la ciudad surgen nuevas tomas.
Actualmente el alcalde Jorge Sharp está trabajando en el tema y luego de varias reuniones con el ministro de Vivienda Nicolás Monckeberg -esta semana tiene otra- ha avanzado en la búsqueda de soluciones.
"Estamos viendo las consecuencias de una crisis de vivienda en materia gestacional, pero que por las particulares características de nuestra ciudad se hace más ruda y evidente. Las causas de esta situación son diversas. Una tiene que ver con las formas con que por más de treinta años el Estado ha concebido la vivienda; no como un derecho, sino que sujeto a la lógica de subsidio, que ha sido sumamente perniciosa en Valparaíso. Hay más de 50 comités de viviendas que están muy lejos de tener las llaves de su casa, porque no hay proyectos. Necesitamos un trato especial, se requiere un 'subsidio Valparaíso", advierte el alcalde.
-Pero mientras se desarrolla esta política proliferan nuevos asentamientos. Hay uno que se llama Viento fuerte cerca de La Pólvora y ahora se está instalando otro en La Planchada que ha generado hartos problemas con los vecinos. ¿Cuál es la política de la municipalidad frente a las "tomas"? ¿Las van a seguir permitiendo?
-La proliferación de campamentos es efecto de la crisis de vivienda que tenemos; habla de la desesperación de una determinada familia por tener un lugar en la ciudad donde vivir. Mientras no existan proyectos que vayan de manera acelerada, que supongan la construcción de un volumen importante de casas; vamos a seguir viendo la proliferación de campamentos en toda la ciudad. Pero la solución no es solamente de la cantidad, sino de calidad. No podemos construir cualquier cosa y tenemos ya un estándar, que está dado por el proyecto Nuevo amanecer, que tiene casas de 62 metros cuadrados de dos pisos, dos baños, living comedor y área común. Ese es el estándar que merece la gente que no tiene casa en Valparaíso.
-Entonces no van a desalojar, que la gente se quede ahí.
-La proliferación de tomas se ha dado en terrenos del Serviu, que no son de la municipalidad, por lo tanto no tenemos capacidad alguna para actuar. En los terrenos que son municipales hay tomas que llevan muchos años y nuestra posición es localizar, es decir urbanizar dicho lugar y poder consolidar esos lugares como un barrio. Esa es la política que tenemos para Mesana, Violeta Parra, para Nuevo Amanecer y Pueblo Hundido, que son campamentos históricos y consolidados. Pero en los terrenos que no son municipales, no podemos actuar.
-Pero políticamente sí pueden hacer algo.
-Nuestra política de vivienda tiene tres pilares. Uno tiene que ver con la recuperación de barrios y eso está dado con el trabajo que vamos a hacer con el Minvu para densificar El Almendral. Queremos que ahí viva mucha gente. En el 20 por ciento del territorio de la comuna viven solamente 3 mil personas. También estamos con planes de mejoramiento de barrios en Playa Ancha que buscan recuperar blocks y departamentos antiguos. Luego hay un segundo nivel que tiene que ver con la construcción de nuevos barrios y eso está dado especialmente por el Nuevo Amanecer en el Tercer Sector de Playa Ancha; y en tercer lugar, donde se pueda, si no zonas de riesgo, la localización de vecinos que están en situación de campamento.
-Muchos damnificados del mega incendio del 2014 sufrieron el desarraigo y debieron irse de Valparaíso y ahora quieren volver; mientras que vecinos de El Vergel, por ejemplo, no se quieren mover de ahí.
-Yo los entiendo y comparto su sentimiento. ¿Por qué tendríamos que pedirle a alguien que vive 30 ó 40 años en el mismo lugar que se tiene que ir porque un técnico le dice que ese lugar no es seguro para vivir? Valparaíso es una ciudad que vive naturalmente en una zona de riesgo; el 30 por ciento de la población vive en las quebradas. Incluso si miras los lugares consolidadas hay lugares más riesgosos que las tomas. La política en materia de vivienda tiene que ser más receptiva y escuchar más a la gente.
-Pero ¿hay terrenos? Según la fundación Techo no hay y eso mismo dicen en el Gobierno.
-A partir del trabajo que hemos realizado para construir un banco de suelos creemos que existen terrenos, tanto en el sector alto de la ciudad como también en el plan. Hay terrenos públicos y privados. Y hay privados con disposición de vender. La pregunta es si van a existir los recursos para hacerlo y esa pregunta, lamentablemente por la situación financiera que tenemos en la municipalidad, no la respondemos nosotros, la responde el Estado. Tenemos visto una cartera de terrenos, que son de carácter privado y que podrían rápidamente comprarse para empezar a construir ahí nuevos barrios.
-¿Cómo cuáles?
-Fundo El Pajonal. Con el gobierno anterior habíamos avanzado en la compra de 8 hectáreas ahí, incluso firmamos un compromiso de compra venta con los dueños. No pudimos concluir el trámite, pero tenemos posibilidades ahora.
-El subsecretario de vivienda (ver nota aparte pág. 3) dijo que la personas tenían que ponerse a la fila, que quienes llevaban más tiempo en los campamentos van a ser los primeros beneficiados, ¿cree que debería ser así?
-Valparaíso ha esperado mucho tiempo, más de veinte años por una política de vivienda pensada para la ciudad. Sin duda, los vecinos y vecinas de los campamentos tienen prioridad, pero también lo tienen los comités de vivienda, que están incluso en condiciones más precarias que los campamentos porque no tienen un lugar donde vivir. El vecino del campamento al menos tiene un lugar, dice "este terreno es mío" y eso me parece muy bien; pero en los comités de vivienda están esperando una casa.