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Consuelo Holzapfel: "Es complicado ser artista en un país como el nuestro"

La actriz y directora conversó con Región F sobre su vida sobre las tablas, la conmemoración de los 30 años del plebiscito, pero también sobre las acusaciones por abuso sexual en contra de Herval Abreu. "Yo no lo vi", dice, pero advierte que "tiene que haber un cambio en la forma de relacionarse".
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Su característica voz suave y algo rasposa se contrapone a la fortaleza que ha demostrado en su vida personal y en los personajes que ha encarnado desde la década de los '80, cuando comenzó a protagonizar algunas de las teleseries más recordadas de la televisión chilena: "Marta a las ocho", "Rompecorazón", "Sucupira", "Pampa ilusión" y "Perdona nuestros pecados", entre otras.

Y es que Consuelo Holzapfel es a estas alturas ya un ícono de las tablas nacionales, con importantes incursiones en teatro -donde incluso ha dirigido- y también en cine, donde participó de producciones como "Subterra" y la premiada "Coronación", de Silvio Caiozzi.

Su vida ha transcurrido indisolublemente ligada a la actuación, desde que a los 17 años falsificó la firma de sus padres para entrar a estudiar a la universidad siendo menor de edad y luego, a los 20, decidió salir de su Valdivia natal e instalarse en Valparaíso. Posteriormente, fue directora de la Escuela de Teatro de la extinta Universidad del Mar, donde vivió con "dolor" el cierre de esa casa de estudios y la situación de quienes entonces eran sus alumnos.

Por eso, tras una vida completa dedicada a la actuación, la crisis que vive hoy ese mundo a raíz de las acusaciones por abusos sexuales en contra del director Herval Abreu no la dejan indiferente.

"Tengo la mejor opinión de él. Nunca, jamás, le vi ningún rasgo de ese tipo, de acoso o de aprovecharse de su situación. Yo no lo vi. Ahora, yo tampoco estuve tan ahí, encima, ni cerca. Porque, como te digo, no he trabajado con él en una producción larga", parte contando la actriz, quien conoce a Abreu desde muy joven, cuando en sus primeras incursiones en la actuación colaboró con el padre del cuestionado director, Herval Rossano.

A Abreu, lo recuerda como un director cariñoso y preocupado de sus actores. "Hay directores que hacen su pega y no tienen mayor interés en cómo se sienta el actor. Y Herval, sí. Director como preocupado de que el actor esté contento y esté cómodo. Ahora empieza a salir todo esto a la luz y claro, lo que estaba normalizado ya no puede seguir funcionando de esa manera. Obviamente. Tiene que haber un cambio en la forma de relacionarse en los trabajos. En general también, porque en todos los sectores ocurren muchas cosas. Universidades, hospitales, en todo lugar".

Reconoce que durante su juventud vivió situaciones de acoso, pero asegura que se alejaba de esas realidades -"me iba no más, no era para armar más revuelo que ese"- y considera que aunque "tiene que cambiar la manera de relacionarse" en Chile, hay que tener cuidado con los excesos. "En este minuto estamos en el otro extremo ¿no? Porque poco menos que mirarse un ratito más de lo adecuado a los ojos… Capaz que me esté acosando. O si yo toco a la persona… No vamos a caer en esa cosa de los gringos que no puedes ni tocarte, no puedes mirarte". Aún así, reconoce que las jóvenes hoy son más "avispadas" en términos de autocuidado y conciencia de sí mismas.

Diferencias

Desde su vasta experiencia en televisión, teatro y cine, Consuelo Holzapfel aclara que -al igual que en gran parte de las profesiones en el país- en los escenarios también se verifica una discriminación en los sueldos de los actores, pero que aquello se da no solo entre hombres y mujeres, sino también entre actores que recién comienzan su vida laboral y otros más experimentados, sean del género que sean.

"Hay diferencias abismales, es muy desigual", recalca y dice que el centro de todo es que los tratos se hacen "a puertas cerradas. Eso no va a cambiar". A su juicio, se trata de una realidad ya instaurada y que es difícil reformular. "Al que le ofrecen, por decirte, diez a puertas cerradas, no va a decir 'no, en realidad, bájamelo a ocho, porque yo quiero ser solidario con mis compañeros que ganan cinco'. No, se va feliz para la casa. Bien calladito. Y cuando el compañero le pregunta le dice "No, acordamos ocho". Y se echa los diez al bolsillo ¡Qué heavy, pero es así! ¡Es así!".

En este ambiente, le costó aceptar que sus hijos se dedicaran al arte al igual que ella y su padre, el también actor y exesposo de Consuelo, Bastián Bodenhöfer. "Yo hubiera rogado que estudiaran medicina, porque es complicado el tema de ser artista en un país como el nuestro, que se cree mucho en muchos aspectos", dice con algo de preocupación, y agrega que "es complicado, porque hay poca fuente laboral, se cierran teatros, se cierran áreas dramáticas, después se vuelve a abrir otra pero ahí vamos más o menos… Si antes había que tener cuero de chancho, hoy día hay que tener cuero de rinoceronte".

A 30 años

Tres décadas han pasado desde que Consuelo Holzapfel y varias decenas de artistas más colaboraron activamente con la franja del "No", que permitió derrocar la dictadura de Augusto Pinochet. Hoy, la actriz recuerda aquella decisión como "algo que uno tenía que hacer sí o sí. Era la única opción posible y sin mayores preguntas. Había conciencia del peligro, pero cuando uno es joven es más valiente".

En ese sentido, recuerda que la juventud y la cantidad de artistas que estaban en la misma línea de acción hacía que se sintieran "poderosos y uno no analizaba mucho la situación, se entregaba nomás", pese a que tuvieron ocasiones en que fueron amedrentados. 30 años después, todavía recuerda que se trató de un momento épico y que, si corrieron algún peligro por participar en esa campaña, nunca lo sopesaron como tal.