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Plaza Victoria fue el centro neurálgico del "Día del niño"

Juegos, globos, algodón de azúcar, paseos y pintacaritas para agasajar a los regalones del hogar.
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Matías Valenzuela

La Plaza Victoria estaba atestada de pequeñas personitas que corrían y saltaban por el césped y entre los árboles. Un paseo dominical familiar ideal para ellos, la celebración del Día del Niño tuvo una alta convocatoria en el plan porteño.

Pesca milagrosa, pintacaritas, paseos en carros y otro sinfín de atracciones se congregaron en la popular plaza porteña para robarse la atención de los pequeñitos que tironeaban a sus padres para ir de un lado a otro.

Para el hambre, había churros, empanadas, manzanas confitadas y algodón de azúcar, que se vendían como pan caliente.

Las patinadoras, y conductores en miniatura se abrían paso con alegría para disfrutar de su paseo.

"Sí, vinimos a pasear con la familia, para que se entretengan los niños. Es mejor pasar tiempo en familia, al aire libre que quedarse encerrado jugando con sus consolas", contaba Angélica Morales, que fue con su esposo y dos hijos, de 6 y 9 años.

En la plaza contigua, la Simón Bolívar, los clásicos juegos aglomeraron a decenas de personas que se enfilaban para subirse al Barco Pirata, los avioncitos o jugar en los taca-taca.

En las veredas se instalaron varios ambulantes que tendían su paño para ofrecer juguetes a bajos precios, que atraían miradas de varios pequeños que caminaban cerca y preguntaban a sus padres por una máscara, una pistola o una figura de acción.