En octubre de 2017, el anticuario porteño Darío Pereira Páez fue detenido por la Policía de Investigaciones al no lograr acreditar el origen de un histórico casco de bomberos cuya data se estimaba en más de 150 años y que pertenecería a la Octava Compañía.

Según los antecedentes de la investigación, aproximadamente hace más de cinco años la Bomba "Zapadores Franco-Chilenos", sufrió la sustracción de un antiguo casco de bronce, de los primeros usados por la octava compañía -fundada en junio de 1856- en los años posteriores a la década de 1860.

Luego que Pereira ofertara en un sitio de compra y ventas on line, se inició una investigación: Pereira fue detenido por el delito de receptación y el casco, que según el anticuario, fue modificado por él mismo, devuelto a la compañía porteña.

Sin embargo, en febrero de este año, Darío Pereira fue absuelto en el juicio oral que se siguió en su contra. No obstante ser liberado de culpabilidad en el delito imputado, el coleccionista no ha podido recuperar la pieza histórica pese a haber reclamado su propiedad en juicio.

"Hasta antes de que yo ofertara en internet el casco nunca existió una denuncia. Mi única alternativa ahora sería un juicio civil contra Bomberos. Lógicamente yo adquirí el casco por internet, llevo más de una década en esto y por supuesto que no me voy a arriesgar a adquirir especies robadas", comentó Pereira.

No obstante lo señalado por el anticuario, a principios de octubre de 2017 el director de la compañía, Fabián Cruces, interpuso una denuncia en el cuartel San Francisco de la PDI para que se investigara el caso.

Priscilla Barrera Ll.

En el centro educativo y terapéutico Aspaut, Asociación de Padres y Amigos de Autistas de Viña del Mar ya perdieron la cuenta de cuántos robos han sufrido durante el presente año.

El centro que atiende exclusivamente y de manera gratuita, a niños y jóvenes entre 4 y 26 años con diagnóstico de Trastorno de Espectro Autista (TEA), se encuentra ubicado en Santa Inés, detrás del Club de Campo Granadilla, y a pesar de las medidas de seguridad que han ido implementando con los años, pareciera que todo fuera insuficiente para evitar la acción de inescrupulosos que hasta los tarros de basura se han robado.

Nuevo robo

Viviana González, directora de Aspaut hace una década, confirma que este fin de semana y mientras el equipo se encontraban dictando una capacitación - parte de las actividades que hacen para generar recursos - recibieron la mala noticia de que sujetos desconocidos ingresaron al centro, robando distintas especies y provocando serios daños en la infraestructura.

"Yo estoy aquí hace 10 años más o menos y deben ser unos 6 robos por año (...) Tenemos en las cámaras grabados a diferentes sujetos que ingresan y que vulneran las precarias protecciones que tenemos. Nos han robado de todo: balones de gas, computadores, ahora televisores, notebook, de todo hasta lo impensable, extintores, hasta basureros", detalló la directora.

El último robo fue la madrugada del sábado recién pasado. Lo insólito es que ese mismo día volvieron a ingresar provocando daños en la infraestructura.

"Esto es permanente, ya no sabemos qué más hacer (...) Hemos puesto cámaras, protecciones metálicas, pero todo parece insuficiente", lamentó Viviana.

Aspaut se sostiene con una subvención estatal, pero mayoritariamente con autogestión: el centro postula a diversos programas, aporte de los mismos padres, algunos socios y la colecta anual (ver recuadro), pero los recursos son siempre escasos.

"Todo se autogestiona. Nosotros todos los años postulamos a todos los fondos públicos que puedan haber y eso es lo único que nos permite dar la atención que los chiquillos necesitan", precisó Viviana.

El centro atiende en la actualidad a 60 alumnos, además de 5 jóvenes que participan del programa de vida adulta. A ellos se suman 16 niños, niñas y adolescentes que se atienden a través del programa ambulatorio de discapacidad del Sename.

Recursos escasos

Lo más terrible de todo esto es que la institución deberá ahora destinar recursos que son siempre escasos a recuperar los bienes robados y reparar cámaras de seguridad, mejorar cercos e intentar reforzar las áreas más vulnerables del centro.

"El sábado estábamos en una capacitación que nos iba a dejar un pequeño remanente de recursos, pero íntegramente tendremos que destinarlo a reparaciones. Es algo de nunca terminar. Hemos invertido en alarmas, en cercos y nada de eso ha permitido que esto se detenga", manifestó la directora.

A partir de las 17:00 de ayer comenzó a regir nuevamente el Código Azul para las comunas de San Felipe y Los Andes, debido a las bajas temperaturas pronosticadas en la zona para los próximos días.

La medida fue anunciada por el propio Ministerio de Desarrollo Social, a fin de asistir y facilitar ayuda humanitaria a las personas que se encuentren en situación de calle. Ello, en coordinación con los municipios, organizaciones sociales, privados y la propia ciudadanía.

Esto significa que con la activación del Código Azul se habilitan refugios adicionales a los albergues del Plan Invierno Noche Digna, aumentan los operativos de atención en calle y traslados de los beneficiarios.