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Estudiante relata que también intentaron drogarla camino a la universidad

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Durante el fin de semana, trascendió otra denuncia muy parecida a la de la porteña. Se trata de F.H., una estudiante de la Pontificia Universidad Católica (PUCV), que el día viernes, a las 13.30 horas, tomó la micro 214 para dirigirse al campus Sausalito de Viña del Mar. El relato, que compartió a través de Facebook, es el siguiente:

"La micro venía casi vacía (...) En un momento determinado, ya en Viña, sube gente a la micro y una pareja se dirige donde estaba yo sentada. El hombre, de aproximadamente unos 50 años, tez morena y con gorro, se sentó atrás mío y la mujer, de aproximadamente la misma edad, de cabello rubio, blanca y ojos azules, se sentó a mi lado. Esto me pareció sospechoso automáticamente. ¿Por qué viniendo juntos se sientan separados y por qué ella se sienta a mi lado estando la micro aún descongestionada?. Pensé que me querían asaltar e intenté pararme para cambiarme de asiento. Además, ya estábamos en la calle que me iba a bajar (5 Oriente). En esto, siento un ardor en mi espalda muy grande, una sensación instantánea de mareo, las piernas dormidas y un calor muy grande en mi cabeza. Asumo que el sujeto me lanzó alguna droga de uso tópico o incluso creo que tal vez pudo inyectarme algo, todo fue muy rápido...

La mujer estaba atenta a mi reacción. No podía articular bien las palabras y me sentía muy débil pero, ante todo esto logré pararme. Ambos se pararon conmigo muy rápidamente. Intentaron bajarme con ellos. La mujer me tomó del brazo pero, con toda mi voluntad me solté, le dije como pude que me soltara y me fui caminando hacia adelante, bastante mareada. Me senté y logré pedirle ayuda a una niña que venía sentada en los asientos a mi izquierda. Le conté que me habían drogado y que los sujetos estaban atrás. Ellos huyeron bajando de la micro en cuanto notaron que pedí ayuda y que no sucumbí ante la droga. Gracias a esa niña que por suerte iba a mi misma universidad pude caminar y ponerme a salvo". La droga, supuestamente, sería la escopolamina, que los abusadores utilizan para anular la voluntad de las personas. F.H., en tanto, hizo la denuncia en Carabineros.

Porteña denuncia que pareja de ebrios le inyectó una droga para asaltarla

Josefina Letelier iba a tomar la micro en el cerro Barón cuando los extraños la atacaron. No quiere salir más.
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Cinthia Matus O.

Una tarde, la porteña Josefina Letelier fue a la casa de su amiga en el cerro Barón de Valparaíso, para orar por los enfermos. Después de eso compartieron un té y cuando le dieron las 20.00 horas, Josefina se despidió.

"Había llegado otra persona a visitarla, así que le dije que no se preocupara, que me iba sola al paradero y que estábamos en contacto por cualquier cosa", acota la porteña.

Josefina, entonces, salió por la calle Julio Verne, hasta que llegó a la intersección de Castro con Tocornal. Allí se le acercó una pareja de ebrios.

"La mujer, que era más joven que el hombre, me preguntó si tenía una moneda, pero le dije: 'No, mijita'. Esto la hizo enojar y me pegó un combo. Después me agarró el brazo izquierdo y me enterró una inyección", relata la mujer, todavía conmocionada.

Adormecimiento

Mientras la desconocida atacaba a la porteña, el hombre le quitó la cartera que traía cruzada hacia el lado derecho. "Me la sacó por arriba del cuello, de ahí me quitó mi argolla de matrimonio y el teléfono. Mientras esto pasaba, yo sentía que me estaba durmiendo, perdiendo el conocimiento, sentía mucho miedo", relata la afectada.

De pronto, un colectivero se detuvo para ayudarle. "Me gritó 'señora, ¡reaccione y entre al auto!'. Me abrió la puerta y como pude me subí, yo estaba como atontada, la inyección me estaba drogando", advierte Josefina.

El colectivero llevó a la porteña hasta la Unidad de Emergencia del Hospital Carlos Van Buren, en donde inmediatamente le hicieron exámenes de sangre y le pusieron la vacuna contra el tétanos. "Me examinaron y quedé en observación. Hasta ahora sigo yendo al doctor para descartar cualquier cosa. Estoy muy asustada, yo sigo pensando que Diosito me salvó y puso ese colectivero en el camino. Ya no quiero salir más", dice Josefina.

Denuncia

Tras ser atendida por un médico, la porteña se contactó con su amiga y puso la denuncia en el hospital. "Le conté todo al carabinero de guardia. Después me contacté con mi amiga y su hijo salió a preguntar en el barrio por los tipos. Le dijeron que eran de donde 'El Pollo', pero ni idea quién es", consigna.

Josefina ahora busca testigos del hecho para dar con los antisociales. "Había un hombre que cuidaba una obra de construcción que vio todo y no me ayudó. Ojalá ahora me dé su testimonio", comenta.