Detectives de la Brigada de Investigación Criminal de La Ligua detuvieron a un sujeto de 44 años, quien registraba cinco órdenes de aprehensión pendientes por el delito de Estafa y otras defraudaciones, emanadas por los tribunales de Los Andes, Iquique y Punta Arenas.

Los oficiales de la Policía de Investigaciones (PDI), en coordinación con la Brigada Investigadora de Delitos Económicos de Arica, lograron ubicar al individuo, quien cambiaba constantemente de domicilio en distintas regiones del país, para evitar la acción de la justicia.

Así, tras un trabajo de análisis de información, se logró establecer el paradero de J.C.P.H., en un sector rural de la localidad de Chincolco, en la comuna de Petorca, para ser puesto a disposición del Juzgado de Garantía de La Ligua.

De acuerdo a lo investigado por la PDI, el detenido se dedicaba a engañar a las personas con residencia en regiones con franquicia aduanera, para ofrecerles la compra de vehículos a menor precio. Les decía que podía conseguirles el modelo que quisiesen por un valor bastante menor al del mercado, pero cuando los interesados le entregaban el dinero para hacer la transacción, el sujeto no realizaba el trámite y los estafaba.

Sus principales víctimas eran las que vivían en la zona franca.

Tras un mes de investigar el violento robo que afectó a la distribuidora Lipigas de Maitencillo, personal de la Sección de Investigación Policial S.I.P. de Carabineros de Quintero, logró detener a D.J.P.T. (25), uno de los cuatro autores del hecho.

De allí fue puesto a disposición del Juzgado de Garantía de Quintero para su formalización, en donde se decretó su prisión preventiva por los 60 días que durará la investigación.

El robo tuvo lugar el 22 de julio a las 20.10 horas, cuando los trabajadores de la distribuidora se encontraban en las oficinas administrativas del local. De pronto, cuatro sujetos ingresaron violentamente por el portón del acceso principal y uno de ellos, que portaba una arma de fuego, comenzó a intimidar a dos trabajadoras. Las golpeó y las amenazó de muerte, diciéndoles que iba a quemar el local si no le entregaban el dinero. Luego de un registro del lugar y sustracción de diferentes especies, los cuatro antisociales huyeron con el botín.

La investigación de dicho procedimiento, conforme instrucción del fiscal de turno, fue llevada a cabo por personal de la SIP de Quintero, quienes hicieron peritajes del sitio del suceso, diligencias respectivas a la investigación, logrando identificar a uno de los 4 autores del delito. Su detención se concretó durante este fin de semana.

Guillermo Ávila N.

Luis Carlos Segovia González porta catéter. Se suministra morfina -vía inyección- para apalear sus dolores cada seis horas: ha llegado a usar una ampolla (10 milígramos). Ahora aplica 5 milígramos cada seis horas. A sus 54 años, Luis Carlos, casado, tres hijos y -asegura- ex futbolista y artesano, sufre de cáncer testicular linfático desde el 2001. Ese año, comenta, fue operado en dos oportunidades en el Hospital Gustavo Fricke. Que en 2006 volvió al quirófano. Lo mismo el 2009.

En 2011 sufrió un accidente vascular por presión alta (es hipertenso), al igual que 2015: de allí su inmovilidad de la pierna y brazo en su lado derecho.

Además en 2016 padeció desprendimiento de retina: perdió la visión completa del ojo derecho y quedó con un 2% de vista en el izquierdo.

En su hogar en la 'Ciudad del Sol', evoca que desde el 2011 se atiende en el Hospital de Quilpué. Ese año, por problemas de dolores en el estómago, dice le realizaron un escáner: arrojó que tenía ganglio linfático, sin metástasis. "Pero ahora estuve 11 días que no pude comer nada: todo lo vomito y tengo una indigestión insoportable". Fueron tres las veces en que Segovia la semana pasada tuvo que asistir al Hospital de Quilpué. Alega cuatro circunstancias contra un médico y Hospital: "He sufrido discriminación, maltrato, mala atención y daño sicológico: el doctor me dijo que con mi enfermedad me vaya a morir a la casa. Que voy a dar lástima al hospital", manifiesta.

Reconoce estar en el Poli dolor, "pero acá en la casa nadie me viene a atender. Llamo a una ambulancia y se demora horas. Tengo que llamar a Orlando Sanguinetti, el 'colectivero solidario', él me traslada".

Dice que ya estampó un reclamo en el Hospital de Quilpué. Pero que pretende tomar acciones legales y -añade- se asesorará por la concejala Roxana Sepúlveda. "Para que esto no suceda a nadie más".