
Wanderers se candidatea para subir
Los verdes sumaron su quinto triunfo al hilo, se alejaron a 10 puntos del descenso y sueñan firme con la liguilla.
Ni el más optimista de los wanderinos pudo haber imaginado, hace un mes y medio atrás, que el Decano estaría tan bien posesionado en el campeonato de Primera B. El equipo, hoy dirigido por Miguel Ramírez, hiló su quinto triunfo al hilo luego de doblegar ayer a Ñublense por 2-1, triunfo que no solo lo dejó a 10 puntos del descenso (haciendo que prácticamente esté salvado), sino que además lo dejó a apenas una unidad de Rangers, que actualmente está en el sexto lugar de a tabla y entrando a la liguilla.
La realidad es clara, y hoy Wanderers se ha convertido en un fuerte candidato a ascender a Primera División. Si bien alcanzar el primer lugar de la tabla es una tarea titánica, jugando de la forma en que lo vienen haciendo, los caturros no deberían tener mayor problema para meterse en la postemporada, donde el juego de presión alta impuesto por el "Cheíto" ya demostró que le acomoda perfectamente a los jugadores verdes que, además, cuentan con la ventaja de un espectacular marco de público que los está acompañando y que, por fin, han aprendido a usar a su favor.
Sin ir más lejos, en el duelo de ayer ante el cuadro de Chillán, los más de 15.000 espectadores presentes en el Elías Figueroa Brander se hicieron sentir desde antes de que comenzara el duelo, alentando a los jugadores porteños en la previa a los trabajos físicos, y posteriormente en el trámite del duelo, donde crearon una de las postales más bellas que se recuerden en la última década con un estadio que de rincón a rincón expelía wanderinidad.
En la cancha, el libreto era habitual. El Decano presionaba la salida de Ñublense, equipo al que le costaba mucho llegar al arco mientras Wanderers se generaba y se generaba opciones de gol que no se concretaban. He ahí, de hecho, un punto crucial que los jugadores deben mejorar con urgencia: la tabla del ascenso está tan apretada, que la diferencia de goles puede ser crucial al momento de definir cosas a final de año, y si bien Wanderers está consiguiendo los resultados, los marcadores han sido mucho demasiado escuetos en relación a la cantidad de goles que el equipo se genera.
De viana a gutiérrez
Recién cuando faltaban tres minutos para que terminara la primera mitad, una garrafal desconcentración entre Luna y López, permitió la ovación a Mauricio Viana, quien se anticipó al error de sus compañeros y salió de su área para robar el balón al ataque chillanejo. Posteriormente, habilitó a Castro, quien con sus habituales desbordes por la izquierda, causó que Nicolás Vargas impactara el balón con su mano y que el árbitro cobrara penal. Desde los doce pasos, Enzo Gutiérrez no falló y abrió merecidamente el tablero en favor de los verdes.
Inició el segundo tiempo y Wanderers no tenía ganas de sufrir en demasía. Por ello es que de nuevo Enzo Gutiérrez, esta vez desde fuera del área, anotó el segundo tanto de los porteños con clara complicidad del meta Contreras, el mismo que minutos antes había evitado de forma increíble un gol cantado de Matías Fernández.
Lesión y farra
Corría el minuto 65 del encuentro y una grave lesión detuvo por largos pasajes el compromiso. Claro que no era un jugador el que estaba en el piso, sino que era Benjamín Saravia, juez de la brega, quien se llevaba sus manos al rostro para poder aplacar de alguna forma el dolor que sentía luego de caer al piso completamente solo. Personal médico del Decano entró rápidamente a socorrer al árbitro, quienes de inmediato hicieron entrar la ambulancia a la cancha para que el encargado de impartir justicia pudiese ser atendido prontamente. Fernando Véjar, cuarto juez del partido, se visitó de corto mientras su colega era trasladado de urgencia a la Clínica Valparaíso para posteriormente ser diagnosticado de una lesión en el tendón de Aquiles.
En cancha, una vez normalizadas las acciones, Wanderers se farreaba la chance de ganar por un marcador mucho más amplio tras perderse una y otra vez opciones clarísimas de gol.
Dada la lesión del árbitro, se adicionaron diez minutos más de juego, tiempo en el que Ñublense se aprovechó del cansancio de Wanderers dada su alta presión, y en el último minuto, mediante pelota parada, consiguió el descuento merced de un cabezazo de Alejandro Fiorina , quien con feos gestos, le dedicó el tanto a Miguel Ramírez, técnico que lo dirigió en San Luis de Quillota.