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El '18' más triste que recuerden los habitantes de Quintero

Sin fondas, ni ánimos para celebrar. La zona de sacrificio no tuvo Fiestas Patrias este año, afectando el bolsillo de los comerciantes que solían esperar la fecha con ansias.
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Matías Valenzuela

El cielo estaba nublado, pocas banderas colgaban de los mástiles, y no se escuchaba ninguna cueca en el aire. Se ve poca gente en el centro: no hay ánimos de celebrar. Así lo aseguran los quinteranos. El '18' pasó de largo en la Zona de Sacrificio, y la crisis ambiental canceló todos los planes pactados.

Por tradición, se realizaba una fiesta costumbrista en el estadio municipal Raúl Vargas, pero esta fue cancelada por la Gobernación Provincial, por la alerta amarilla que hasta el día de hoy acompaña los días de la comuna.

Ayer, el estadio municipal Raúl Vargas estaba completamente cerrado y asegurado con cadenas y candados. Un guardia hacía rondas de vez en cuando para asegurarse que nadie se metiera, sobre todo después de lo que ocurrió la semana pasada, cuando un grupo entró al recinto para robar palos, tablas y paneles de los stands que ya estaban armados antes de que se anunciaran la suspensión de las fondas y ramadas.

Desde el municipio quinterano anunciaron que se iban a evaluar medidas para compensar la inversión de los fonderos, y no descartaron la posibilidad de devolverles parte del dinero.

Del mismo modo, la Intendencia Regional adelantó que se iba a realizar un "18 chico" durante los próximos días, para que los fonderos puedan vender sus productos.

En la plaza de armas, ya llevan casi un mes las carpas y el toldo improvisado de los quinteranos que se manifiestan contra las empresas contaminantes. El 17 adornaron con banderas y cotillón dieciochero, pusieron un altavoz con cuecas a todo volumen, y vendieron sopaipillas y choripanes para poder conseguir algo de dinero y mantener su campamento en la plaza en los días venideros.

Entrada la noche, los pilló la lluvia, así que tomaron sus cosas y se resguardaron en el salón municipal Cousiño, espacio facilitado por el alcalde.

Luz María González, vocera del grupo "Cabildo Abierto Quintero-Puchuncaví", cuenta que este es el '18' más triste que recuerde.

"Han sido unas Fiestas Patrias bastante diferentes. Las fondas se hacían en el estadio, con una fiesta típica, pero debido a lo que estamos pasando, se suspendió el desfile, las fondas, todas las actividades. Todo es muy triste", se lamenta.

Sobre el triste '18' que vivieron, Luz María afirma que además del golpe a la emoción, hay una fuerte pérdida económica.

"Los comerciantes son los que más han perdido. En ese aspecto, Quintero está muy afectado. El turismo, los artesanos, los pescadores, todos hemos sufrido mucho. En estas fechas uno se da cuenta de que el tema de la contaminación, nos ha golpeado de muchas formas", cuenta.

Golpe al bolsillo

No sólo los fonderos. El comercio en general se ha visto afectado. Cabañas, carnicerías, supermercados, panaderías y restaurantes perdieron una de las fechas más lucrativas del año.

En la esquina de Estrella con Normandie, una mujer ofrece sus empanadas de pino. Se llama Soledad Carvajal, y ha trabajado en ese mismo rincón durante muchísimos años. En sus ojos se ve el cansancio y la frustración de las bajas ventas, pero ella sigue ofreciendo sus empanadas a viva voz, con un canasto repleto bajo el brazo.

"Este año ha sido pésimo, he perdido cualquier cantidad de dinero. Yo para estas fechas vendía muchas empanadas a los colegios, y como ahora están en paro (los principales liceos de la comuna están en toma en señal de protesta y las clases han sido suspendidas por la autoridad de Educación hasta nuevo aviso) no tengo a quién vender. Para mí eso fue pura pérdida, ahora he vendido apenas unas 30, y el año pasado en esta misma fecha, tenía por lo menos unas 100", se queja la mujer, agregando que en las calles "hay menos gente, se echó a perder por completo el comercio con todo eso del derrame, la crisis ha sido mala para todos. Yo soy nacida y criada en Quintero, y esto es muy triste para nosotros, no hay ambiente de fiesta. Lamentablemente, este año Quintero se fue a pique, no es el mismo de otros años", reflexiona.

Un testimonio similar es el que da Jorge Manqueñir, conocido como "El señor Levitas", por el nombre de su panadería

"¿Quién va a estar celebrando?", se pregunta.

Él era uno de los proveedores de las fonderos, pero como este año no hubo, perdió la venta. Todos los años mandaba 2.000 empanadas para las ramadas. Hoy tiene apenas unas 200 vendidas.

"Yo trabajo día y noche para poder solventar todo con personal, hacer las empanadas. Es muy triste para todos nosotros, los quinteranos estamos complicados, unos más que otros claramente, pero en general la situación es muy difícil, y algunos se van a ir a la quiebra de seguro. Es una tragedia", dice con la mirada perdida, mientras se limpia la harina de las manos.