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Corporación y comparsas optan por suspender el Mil Tambores

Tras dos semanas de una ardua polémica, que abarcó desde juntas de vecinos a autoridades, la organización anunció que no realizaría la actividad programada para la primera semana de octubre y acusó un "boicot".
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Claudia Carvajal R.

Finalmente, y tras varias semanas de polémicas, en una votación a mano alzada, donde participaron los integrantes de la Corporación Mil Tambores y representantes de las comparsas de Valparaíso, se decidió suspender el carnaval programado para los días 5, 6 y 7 de octubre.

Esta determinación se dio a conocer durante la tarde de ayer, justo después de una reunión entre vecinos de la denominada "zona roja" y el alcalde Jorge Sharp, oportunidad en que se habían acordado siete medidas de mitigación para aplicar en los días de festival y en donde el mensaje unánime fue apoyar la expresión cultural de las comparsas y grupos involucrados en los pasacalles.

"sabotaje"

En el comunicado enviado por Mil Tambores declaran que "el ataque y el asedio político y mediático del Gobierno Central, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, de grupos reaccionarios, conservadores y oportunistas y algunos directivos del PCdV ponen en riesgo el uso democrático y responsable de los espacios públicos para la ciudadanía".

Además, aseguraron que "estos actores han generado un clima de inseguridad general, que puede afectar a los visitantes y a los habitantes, en cualquier punto de la ciudad y fuera de las actividades propias del carnaval".

En el comunicado también denuncian la posibilidad de ser víctimas de boicot si seguían adelante con la actividad. "A partir de la experiencia técnica, profesional y social, que hemos conseguido después de 19 años de gestión, podemos pronosticar que esta odiosidad puede traducirse en actos de sabotaje mayor que pueden poner en riesgo la integridad de las personas al no contar con los recursos suficientes para la organización de un evento masivo que entregue estándares mínimos de servicios y seguridad, tanto a los participantes como al público en general".

Asimismo hacen un "llamado al público en general a no autoconvocarse a la ciudad y manifestamos que las responsabilidades de quienes lo hagan, serán individuales".

Reacciones

Boris Kúleba, secretario de la junta de vecinos 69 del cerro San Juan de Dios y vocero de las juntas de vecinos de la "zona roja", se refirió a la suspensión: "Los organizadores dijeron que podían hacer la actividad sin financiamiento y sin permiso, pero quedó demostrado que no podían hacerlo así. Un evento que lleva 19 años debería haber madurado, con esos años cualquier persona es adulta, sin embargo, el evento fue involucionando y debería haberse convertido en una actividad que convoque en vez de dividir".

Kúleba, quien participó en una reunión de los vecinos con Jorge Sharp, comentó también que "ayer (el martes) el alcalde dijo que éste sería el último carnaval hecho de la manera en que se estaba haciendo y asumo que con su suspensión termina definitivamente la era de la Corporación y, tal como el alcalde nos convocó ayer, es el momento de que sea la ciudad la que organice sus carnavales y no los privados que hacen negocios a costa de las comparsas y no demuestran un cariño por la ciudad".

El diputado Andrés Celis también tuvo palabras para la suspensión. "Quien se excusa, se acusa. Fundamentalmente creo que aquí primó un valor, que es la seguridad y el resguardo de la integridad física de los porteños y las porteñas. La Corporación Mil Tambores nunca dio las garantías para poder hacer un evento que fuera seguro, prueba de eso es que el representante de los agredió a un funcionario del Parque Cultural".

Con pena

Evelyn Ahumada, del centro cultural La Juguera, reconoció que las comparsas quedaron con mucha tristeza tras la decisión. "Fue tomada de manera democrática, pero es una pena porque esto va más allá de las delegaciones del Mil Tambores o de la organización general. Si bien todos los elementos en contra que tiene la actividad, el desarrollo de los Mil Tambores lo llevan las comparsas y las agrupaciones de batucadas que son de todo Chile y que trabajan para hacer esto".

Ahumada insistió en que "estamos con pena porque el Gobierno no apoya la cultura que se desarrolla en su país e indirectamente al trabajo social que se realiza. Las agrupaciones trabajan en sus poblaciones tratando de sacarlas adelante, sin la ayuda de nadie. Nosotras somos pura autogestión, no tenemos ayuda de nadie".